CAMBIO DEL METABOLISMO Y OTRAS ABERRACIONES
Soldados larga duración
Por Guillermo Movia
Los soldados son humanos. Y esa es una de las principales preocupaciones de los jerarcas de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos. No les preocupa que personas que sienten, piensan y tienen familiares estén en el campo de batalla arriesgando su vida sino que en medio del combate, tengan necesidades “superfluas” como descansar o comer. Por eso, la Oficina de Ciencias de Defensa (DSO) de la Agencia de Investigaciones Avanzadas de Defensa (Darpa) de los Estados Unidos inició una investigación llamada “Dominio del metabolismo” que busca terminar con las falencias de los soldados, para que puedan pelear durante semanas sin distracciones.
Una Mitologia a imitar
Cuentan las leyendas vikingas que en todo “ejército” nórdico existía un grupo de doce soldados llamados berserkers, que tenían la capacidad de no sufrir heridas y seguir luchando durante días con el mismo ímpetu que al empezar la batalla. No existen grandes precisiones sobre el origen de los berserkers. Algunos los creen integrantes de una secta seguidora de Odín, adoradores de osos o lobos, otros creen que eran simples elegidos. Lo único seguro es que su resistencia al cansancio y al dolor provenía de la ingesta de un hongo que los sumía en un estado de paroxismo en el que prácticamente no distinguían entre amigos y enemigos. Cuando morían, tenían un lugar privilegiado en el Valhalla, el paraíso de los vikingos, a la derecha de su amado Odín.
Deshumanizando el metabolismo
Si bien seguramente los berserkers son el horizonte que se fijaron los militares norteamericanos, su búsqueda no se detiene en algún hongo que permita esconder los signos del agotamiento.
El proyecto está en sus inicios y, según anunciaron, la meta del programa es desarrollar nuevas estrategias que controlen los mecanismos de producción de energía, el metabolismo y una mejor utilización, durante períodos cortos de tiempo, de las capacidades físicas del cuerpo humano. El objetivo final es permitir un mayor rendimiento físico y psíquico al controlar la demanda de energía del cuerpo, para lograr, por ejemplo, que un soldado pueda estar veinticuatro horas al día, durante cinco días, sin la necesidad de consumir calorías.
El plan está divido en dos fases. La primera buscará, durante 18 meses, pruebas conceptuales en cuatro diferentes áreas:
1. Optimizar el rendimiento metabólico descubriendo cómo controlar la disponibilidad del sustrato y cómo remover los desperdicios del proceso del metabolismo.
2. Controlar el ambiente térmico donde se produce el metabolismo energético.
3. Regular el número y la eficiencia de las células necesarias para la producción de energía.4. Identificar la causa de la fatiga y la degradación del rendimiento a corto y largo plazo.
La segunda fase tendrá por objetivo conseguir resultados respecto de las conclusiones de la fase 1.
Termostato corporal
La descripción de la Darpa sigue avanzando en las deficiencias de los soldados actuales y sus posibles soluciones. “Las fluctuaciones en la temperatura del cuerpo limitan el rendimiento del soldado”, dicen para presentar una de las áreas de investigación. La solución podría ser, entonces, desarrollar algún método “no invasivo” que ayude a controlar la temperatura del cuerpo a gusto del humano en cuestión. Algo así como un aire acondicionado personal, necesario para resistir en el calor del desierto o en el hielo glacial. Tal vez nada de esto fuera necesario si utilizaran las técnicas de entrenamiento personal del ex-presidente Menem, que enfrentaba los fríos más profundos gracias a su control mental.
Nuevos esclavos
La mayoría de los desarrollos tecnológicos aparecen primero en la industria armamentística, o con fines militares, y después son trasladados al mundo cotidiano. Internet, sin ir muy lejos, fue desarrollada en sus comienzos por la Darpa, previendo los problemas que podría causar la ruptura de los canales de comunicación en una guerra nuclear. No sería extraño, entonces, que dentro de unos años, cuando la dominación del metabolismo sea un hecho, se pongan de moda pastillas que permitan vivir días seguidos sin descansar ni alimentarse mientras se mantiene el ritmo normal de la vida.
Es fácil imaginar a los altos directivos del futuro alterando sus mitocondrias para poder trabajar sin descansar semanas enteras, o la aparición de productos que, mezclados con los alimentos cotidianos, permitan el trabajo incansable de millones de trabajadores durante semanas enteras.