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La inminencia de las vacaciones de invierno de los niños convoca sentimientos contradictorios en padres, madres y tutores/as. Por un lado, constatar, en el seno del hogar, la cantidad de horas que los infantes permanecen escolarizados es escalofriante; pero resolver qué hacer con ellos y ellas (las horas, digo) puede ser aún peor. El otro estímulo en pugna, más noble y con onda, es saber que tendremos más tiempo, o buscaremos tenerlo, para compartir con esos seres pequeños, que amamos, pero que durante la semana, tenemos apenas entrevistos. Será cuestión de arremangarse un poco, buscar opciones que contemplen que el divertimiento de unos no sea el padecimiento de otros y salir al ruedo como los más expertos titanes del ocio.

Para empezar a planear la cosa con tiempo, algunas sugerencias:

Abran la sonrisa

La música de Al Tun Tun es la estrella y los niños los invitados a la función. Allí verán en escena a “La ballena Magdalena”, una anfitriona de peso y de lujo, junto con los animales, personajes y objetos que forman parte del staff. El grupo despliega su variadísimo repertorio de instrumentos: teclados, guitarra, flauta traversa, percusión, violín y chirimbolos varios y los mezcla con juego de palabras, bien pensados, y juego de los otros que resultan muy entretenidos. La sonrisa permanece abierta, tal como el título, durante largo rato.

Todos los días a las 17.30 en La casona del Teatro, Corrientes 1975. Localidades $ 8.

Caminito de hormigas

de Carolina Erlich, por el Grupo El Bavastel, para los más chiquitos. Bien pensada e ingeniosa escenografía –en su mayoría utensilios de cocina, de esos lindos y plateados–, acertada iluminación y la música de El Club de Tobi están a la altura de la historia de Simona e Hipólito. Una nena y un sapo, dos títeres de mesa que se quedan solos jugando en la cocina, mientras la mamá sale a hacer unos mandados. Jugar en este caso y en el de todos los chicos es imaginar que se está en otro lado. Por eso, la nena y el sapo viajan lejos y después tienen que apurarse para volver y ordenar todo, antes de que vuelva la madre. Las titiriteras Silvina Bastías y Carolina Erlich son eficientes y sutiles, ya que la técnica de títeres de mesa las necesita en escena todo el tiempo. Los niños, por su parte, ni se enteran de que están allí.

Los martes, miércoles, sábados y domingos a las 15 en la Sala Osvaldo Pugliese del Centro Cultural de la Cooperación, Corrientes 1543. Reservas: 5077-8077 y localidades a $ 6.

Faltaban más.

Así se llama la nueva temporada de los Caracachumba que viene con cuarto compacto y todo y que tiene la capacidad de seguir siendo fiel a un estilo, o varios, mejor dicho: candombes, milongas, valsecitos criollos y boleros, sin desestimar la novedad y la sorpresa de la puesta en escena. Las historias, contadas por los actores, músicos y títeres, son verdaderamente entretenidas y llenas de ingenio. Lejos de las ñoñerías y los diminutivos en exceso, el grupo sostiene un espectáculo de varieté musical al que hay que darles las gracias.

De martes a domingos a las 17 en el Teatro Metropolitan 2, Corrientes 1343. Tel. 4373-4444. Localidades desde $ 10.

Juego Divino (remixado)

El high-tech de Los Cazurros y su tercera temporada, están al alcance de todos porque las vacaciones las pasan en el Centro Cultural San Martín. Allí, Pablo Herrero y Ernesto Sánchez se calzarán pequeños micrófonos y trajes de superhéroes para convertir a la sala del teatro en un enorme juego de malos contra buenos. El encierro que proponen es de lo más placentero y la salida llegará, como cada vez, cuando las pruebas de música, humor y títeres sean superadas. A cargo de estos últimos está Sebastián Escofet que sabe cómo estar a la altura de la situación. La dinámica del espectáculo es muy entretenida y la participación que se propone, tal vez, necesita de niños un poco crecidos y de padres dispuestos a complicarse en el asunto.

De martes a domingo a las 15.30 en la Sala Enrique Muiño del Centro Cultural General San Martín, Sarmiento 1551. Localidades de martes a jueves $ 1, resto de los días gratis.

El payaso Papón y su hijo Tonino:

con Claudio Martínez Bel y Enrique Federman, el hijo, que a fuerza de aprendizaje, algún día será como su padre. La historia es simple y vale la pena transitar, como espectador, la pequeña novela de iniciación que ellos sostienen en escena. Para los niños es una buena entrada al teatro de actores y para los grandes, será un repaso emotivo por muchos recuerdos.

De martes a domingo a las 15 y a las 17, la primera semana y una función a las 17 durante la segunda en la Sala Solidaridad del Centro Cultural de la Cooperación, Corrientes 1543. Localidades $ 6.

El reino de los Mastrototti

es la propuesta para niños de Espacio Ecléctico que, tal como su nombre lo indica, apunta a la variedad. Sin embargo, lo que no modifica es el control de calidad de sus presentaciones. Buen vestuario, preciosa escenografía y una simpática historia de ruidosos italianos de la dudosa realeza, son los elementos principales de esta obra. Lo inteligente del asunto es la narración en dos planos: los títeres y los actores, que actúan de títeres. Por lo tanto, alternativamente se cuenta la historia de un rey chicato y sus dos hijos gemelos, una princesa con hambre, laboriosos cocineros y un bufón un poco sufriente, desde el retablo de los títeres y desde las tablas del escenario.

Todos los días a las 17 en el Espacio Ecléctico, Humberto Primo 730. Localidades $ 5.