Viernes, 27 de febrero de 2009 | Hoy
VALENTINA BASSI, ACTRIZ
Por Guadalupe Treibel
1 Rodney presenta un mundo de personajes fuertes: adicta a las drogas, adicta a Dios, artista tumbero, matón zen, Edipo mal resuelto. ¿Une la excentricidad o el espanto?
–Sin lugar a dudas, Rodney es una película de personajes pero, más que excéntricos, yo diría extremos, recontra urbanos, rodeados de cemento y bordeando el desastre. Siempre.
2 Tu personaje, Laura, sufre un desequilibrio fuerte a lo largo de la película que pareciera tener raíces económicas. ¿La inestabilidad es su punto de quiebre?
–Laura tiene serios problemas económicos pero –esencialmente– su conflicto es que quiere otra vida, no ésta. No tiene límites, no tiene en orden su cabeza... Lo que sí tiene es una tendencia a colocarse en el rol de víctima que no la ayuda a salir. Gasta tres veces más de lo que gana (aunque es verdad que gana muy poco), pero si ganara más gastaría también mucho más. Así, Laura va quedando atrapada en su propio resentimiento... Resentimiento con el mundo que no le ha dado lo que ella quiere. Ahí se queda, dando vueltas en círculo.
3 ¿Cuál crees que sea el catalizador de la historia, lo que degenera todo?
–Son personajes perdidos en una ciudad inmensa, dando vueltas por ahí.
4 ¿La familia funciona como sostén?
–La familia no funciona. Todo en Rodney está desestabilizado.
5 ¿Realmente están inmersos en la marginalidad o juegan a ser marginales?
–En algunos personajes, está el coqueteo de correr por el borde. Hay una tentación por ver hasta cuándo puede uno hundirse bien para abajo. Otros personajes, en cambio, ya se cayeron hace rato.
6 Hay una escena donde el personaje de Diego Rafecas, ex pareja de tu Laura, “filosofa” acerca de Estados Unidos y lo malo del sistema actual. Pero tu personaje no entiende. ¿Está atrapada en lo inmediato, en la necesidad, la urgencia?
–En realidad, está harta de su “perorata”. Lo ha escuchado setecientas veces y nunca jamás entendió ni le interesó nada de lo que decía. Pero entonces estaba enamorada y lo escuchaba. Ahora sólo quiere que le dé plata.
7 A lo largo del film, crece la tensión y la violencia, no siempre justificadamente. ¿Rodney es un film sintomático de la violencia social que se vive hoy en día?
–Rodney es un film que salió de la cabeza de Diego Rafecas. Y está bastante loco el muchacho.
8 ¿Pero creés que, en un contexto como ése, la locura y la muerte son la única salida posible?
–Para estos personajes, no hay escapatoria posible. Desde el principio se ve que no van a salir de ésta. El guión está construido como una tragedia.
9 Con todo, se elige contar la historia desde una mirada menos viciada, ¿verdad?.
–Toda la película está contada desde el punto de vista de Camilo, el personaje que interpreta Ian Rafecas que personifica a mi hijo y el de Diego. Las cosas ocurren a través de su mirada, una mirada milagrosamente distinta y adulta de todo lo que lo rodea.
10 ¿La “salvación” de Camilo tiene que ver con alejarse de un núcleo familiar complejo?
–El tiene la lucidez necesaria para no dejarse arrastrar por la corriente ni dejarse influenciar por el resentimiento de su mamá. Se salva porque puede salir a tiempo de su propia circunstancia.
Rodney, la última película de Diego Rafecas que se estrenó ayer, presenta un abanico de personajes extremos en la piel de Sofía Gala, Daniel Fanego, Tomás Fonzi, María Ucedo, Cristina Banegas y Willy Lemos, entre otros.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.