Queridas amigas, el año ha terminado y es hora de empezar de nuevo. ¿Por qué no, entonces, probar un disfraz nuevo, un juego de roles, unas nalgadas o unas sugestivas marcas de uñas allí donde la carne es generosa? ¿Acaso el Kamasutra no dice claramente que las cicatrices de la pasión no hacen más que convocar amantes como abejas a la miel? Y la miel que ustedes tienen, amigas mías, es de esas que lejos de empalagar crean adicción siempre que usted sepa dosificarla, cuando no adornarla otorgándole el valor agregado que toda materia prima que se precie necesita. Entonces, antes de desechar esta idea, pruebe, conviértase, saque esa fiera indomable que se agita en su pecho y no olvide estos humildes consejos:
1. No fuerce la situación: Si advierte que en los ojos de su pareja y/o amante de turno asoma un lagrimón, afloje las amarras, recuerde que si corta la circulación de algún miembro también puede terminar cercenando el mismo. Sepa que no es tiempo de andar dañando impunemente a un partenaire activo (o pasivo) que después querrá hacer uso, y con razón, del muñón que le dejó en las partes.
2. Dar azotes es sólo un juego: Y nada más que un juego. Si usted tiene cuentas pendientes con quien se anima a caer bajo su dominio, es cosa artera cobrárselas cuando está indefenso/a. Las nalgadas no son para hacer justicia sino delicias.
3. Tenga a mano el botiquín: Y sí, es justo y necesario auxiliar a quien lo necesita en el momento adecuado. Además, ya sabemos, después de la tormenta llega la calma y hasta el más herido de los animales lame la mano de quien le ha curado la herida. Aun cuando sea la misma persona que se la produjo. Por las dudas, tenga también a mano un consentimiento informado, no vaya a ser cosa que cuando llegue la calma arribe también la conciencia y sea usted destinataria/o de juicios penales.
4. Use uñas postizas: Y no esculpidas, ya que son tanto o más dañinas que las verdaderas, una marquita está bien pero tampoco hay por qué dejar recuerdos imborrables, que para eso está la magnífica personalidad de cada una/o. En las jugueterías se consiguen a muy bajo precio unas preciosas prótesis para uñas comidas que bien pueden construir un disfraz vistoso pero inofensivo.
5. La dominatrix es usted: ¿Y entonces por qué no aprovechar? ¿Por qué no decirle que forma parte del juego que él o ella, según los gustos de cada quien, debe responder a sus órdenes y pasar el trapo a la cocina, lustrar el piso del comedor anque limpiar el horno? Ya sabe, sarna con gusto no pica, pero de ninguna manera deje entrever sus intenciones utilitarias. El encanto se acabará y con él, su utilidad.
Lo demás, estimadas, corre por cuenta de vuestra imaginación, pero nunca, pero nunca, nunca, deje que la llamen Marta. Además de estar demodé habrá dejado en claro que lo de la dominación no es para usted. Y eso forma parte de nuevos consejos.
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