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Si fuera vagina sería la de...
Susan Sarandon (me encanta Tim Robins).

Si fuera pene sería el de...
Guillermo Bredeston (me encanta Nora Cárpena).

Ojalá se inventaran los preservativos de...
Chocolate.

Si mi cama hablara diría...
¡Cómo duerme esta muchacha!

Quisiera tener dos...
Bocas.

Nadie lo sabe, pero en el baño, inmediatamente después...
Me miro al espejo y me digo: ¡Soy la hostia!

¿Qué palabras no puede evitar decir en ese momento?
¡Sí!

¿A quién le gustaría ver en una porno?
A Santo Biasatti.

¿Dónde se haría un agujero nuevo?
En una mano.

¿Cuántos son multitud?
3.

¿Qué detalle bajo la ropa le saca las ganas?
No me gustan las medias, esas típicas de hombre.

¿Cuál es su posición favorita?
Arriba.

¿Qué es para usted un polvo mágico?
Uno que me haga llorar.

¿Cómo le hace saber que es “ahí”?
¡De los pelos!

¿Cuándo miente?
¡Nunca jamás!

El tamaño no le importa salvo que....
Sea muuuy chiquitita.

¿Qué quiso siempre y nunca tuvo?
A dos guapetones.

Tiene que durar más que.... pero menos que...
Mi entusiasmo.

Vanesa Weinberg es actriz, dramaturga ocasional y directora de teatro. En los ‘80 se la podía ver en aquellos sótanos mal iluminados que tanto bien le hicieron a la democracia recién nacida. Fue una de las dos hermanas Nervio (con Valeria Bertucelli), le puso el cuerpo (¡y cómo!) a una Isabel Sarli trash en Negra matiné con Damian Dreisik como Armando Bo, a quien ahora dirige en La Maña –en el Centro Cultural de la Cooperación, Corrientes 1543, sábados a las 23.30–. Se la ha visto en la tele, pero en el teatro, definitivamente, enamora: El aire alrededor, Chicas católicas y Venecia fueron ejemplos variopintos de su arte.