Susy Paz dirige desde hace casi un año el Movimiento de Trabajadores Revolucionarios Santucho, un desprendimiento del Teresa Rodríguez. Esta santiagueña de acento inconfundible, empezó a militar en el PC a los 14, desde que dejó su tierra caliente para venirse a Buenos Aires. Después se casó, su compañero era del ERP y fue desaparecido durante la última dictadura, y entonces ella siguió militando en derechos humanos y armó un movimiento de desocupados. El día anterior a la charla de referencia pasó toda una jornada de trabajo sobre género, junto a Dennis Rodgers, y ahora está de visitante en el centro porteño.

–¿Qué le aporta la academia?

–Esto aporta muchísimo porque creemos que los compañeros que estamos en los movimientos de desocupados tenemos que ir progresando porque algunos no hemos tenido la posibilidad de ir a la universidad o terminar el colegio. Esto nos aporta desde los derechos, para que los compañeros también sepan que las mujeres tenemos derechos. Y esto nos hace más llevadera la situación dentro del movimiento y hacia fuera. Porque nosotros vivimos en un país machista y no es fácil que una mujer esté frente a un movimiento.

Algo de eso sabe ella, que es la única mujer que se sienta a discutir en la gran mesa que aglutina los movimientos sociales. Y dentro del propio grupo tuvo que soportar insultos varios, como que sus compañeros le dijeran que ellos no eran lavarropas o licuadoras para que los maneje una mujer. “Pero ahora se han acostumbrado”, dice. Ahora, las mujeres son mayoría en el movimiento: “En los cabildos son todas delegadas. En el ejecutivo hay tres hombres nada más, el resto somos mujeres”.