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Viernes, 14 de marzo de 2008

Zonas liberadas

La escuela como territorio habitado cotidianamente puede ser paisaje para distintos comportamientos de niñas y niños. No sólo los recreos y los espacios de juego pueden estar diferenciados (“grupos de niños intimidan o agreden a niñas. Los niños tienden a ‘colonizar’ en las escuelas ciertas zonas, en las que practican juegos violentos, y las niñas aprenden a evitar esas zonas por su propia seguridad”), y el espacio del aula dar lugar a conductas que suelen ser pasadas por alto por las y los adultos, sino que también el trayecto hacia y desde la escuela puede tener riesgos. “En la capital de El Salvador, por ejemplo, las niñas que trabajan en el servicio doméstico a menudo no pueden asistir a la escuela en horario normal. Las que van a clases nocturnas afirman que el camino (...) puede ser sumamente peligroso a la hora en que ellas tienen que hacerlo.” Y es que cuanto más distante esté la escuela de su hogar, más riesgo tienen las niñas de sufrir acoso o agresión, cuando no son secuestradas por redes de trata (en Kosovo, por caso, AI ha documentado casos “en los que se pone de manifiesto que, debido a la falta de seguridad y la inacción de las autoridades educativas a la hora de tomar medidas preventivas o enseñar a las niñas a evitar los riesgos y protegerse, las niñas siguen siendo objeto de trata”).

Los casos de hostigamiento, burlas, acoso sexual y abuso físico en el aula y durante la clase se registran en todo el mundo. En Gran Bretaña, “las niñas explican que los niños las llaman cosas como ‘prostituta’ (prossie) y que las agarran y las tocan”, y un estudio que se llevó a cabo a lo largo de siete años con más de tres mil niñas y niños “determinó que más de la mitad había sufrido acoso y agresiones. La mayoría de los incidentes descritos eran actos poco graves que habían tenido lugar en la escuela”. El caso es que esos hechos en apariencia “poco graves”, al no ser observados ni sancionados, siguen adelante, y su gravedad se incrementa progresivamente.

A principios de 2007, durante los 10 primeros días de clase “se produjeron 16 casos de agresión sexual en escuelas” (entre ellos: un docente abusó de tres alumnas, tres chicos de entre 15 y 17 años violaron a una chica de 13 en el campo de deportes), en Grecia una niña inmigrante de 16 años fue agredida sexualmente por cuatro compañeros en el baño del colegio, mientras tres compañeras miraban y una de ellas registraba todo en el celular (ese caso fue una noticia internacional).

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