La salud de las mujeres debe defenderse de manera integral. Es el consenso de base al que llegaron militantes territoriales, adolescentes y mujeres de los barrios dispuestas a abordar la salud física, psicológica y social como un mismo entramado en la vida de todas. Sobran los motivos, “pero a veces el sistema genera y planifica políticas públicas que abordan la salud de las mujeres desde una cuestión biológica, cuando en realidad estamos atravesadas por procesos psicológicos y emocionales”, explica Ornella Tinnirello, también asesora de la diputada Adela Segarra, del Frente para la Victoria, que encabeza las firmas para tratar el proyecto de despenalización del aborto en el Congreso.

Los alcances dependen “de las condiciones materiales y objetivas que tenemos para desplegar esas herramientas. El desafío está en discutir la salud con otros puntos de vista y poder entender a la mujer sana desde un lugar diferente, no sólo pensando en el transcurso de un embarazo sin complicaciones, sino en todos los procesos que llevan o no a la maternidad y que también deben desarrollarse en salud”. Tinnirello plantea la urgencia de un pensamiento colectivo en política sanitaria, “sobre todo en los casos de mujeres que viven problemáticas sociales que por lo general las conduce a la soledad, a aislarse en sus casas. Es fundamental ponerles voz y palabra a los conflictos como un camino al que queremos llegar, pero también deben realizarse acciones territoriales que modifiquen la condición de vida de las mujeres”. Evitar, por ejemplo, procesos de revictimización que muchas veces quedan anclados en catarsis. “Ir encontrándoles la vuelta a esas cosas terribles que relatan.”

El debate gira ahora en torno de los usos del misoprostol. La semana pasada, en un encuentro que se realizó en la Facultad de Ciencias Sociales con referentes de varias agrupaciones, Tinnirello manifestó su rechazo a la idea del “aborto seguro en soledad” que permite ese medicamento y que otras agrupaciones políticas difunden en sus consejerías pre y post aborto. “No compartimos la idea de ‘abortá sola en tu casa’. Estamos de acuerdo con el uso del misoprostol domiciliario, pero no como una estrategia individual y autonomista. Para nosotras, como Frente de Mujeres, es mentira que si tenés acceso a la pastilla decidís en soledad si abortás o no, porque seguís estando atravesada por la sociedad, por la cultura, por tu familia y tus amigos.”