El alejamiento de Oscar Ruggeri y la llegada de Ramón Díaz parecen haber renovado las ilusiones de los hinchas del club de Boedo de coronarse campeón del Clausura. Pero las auspiciosas promesas con las que arribó el ex entrenador de River chocan contra un equipo que aún parece estar en formación. San Lorenzo no sumó grandes refuerzos: sólo arribaron los volantes Cristian Ledesma y el paraguayo Aureliano Torres, de Guaraní. La posible llegada de Gastón Fernández (los dirigentes tienen un acuerdo con el jugador) y la estadía de Ezequiel Lavezzi son los principales argumentos de Díaz para conformar un equipo competitivo que apueste por un esquema ofensivo. La defensa es la principal falencia y el entrenador lo sabe. Por eso, en los próximos días y por pedido exclusivo del director técnico, podría arribar al club un marcador central.

San Lorenzo es, también, uno de los equipos que logró mantener la gran mayoría del plantel que se desempeñó durante el Apertura. Emigraron siete jugadores, aunque sólo Pablo Quatrocchi, Claudio Husain y Sebastián Saja formaban parte de los habituales titulares. De todos modos, la pérdida del arquero no parece tener un gran impacto en el funcionamiento del equipo, ya que fue el propio entrenador quien le adelantó que no estaría dentro de sus planes. Su lugar será ocupado por Agustín Orión. La actuación de San Lorenzo en el torneo de verano (empató tres partidos y perdió uno) no dejó buenos augurios. Su desempeño en el Clausura todavía es una incógnita.