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Técnico que debuta, gana, y Bilardo no fue excepción
Con un gol de Farías a tres minutos del final del partido, Estudiantes derrotó a Talleres en el regreso al medio local del entrenador, que hizo su show completo: incluso se metió dentro de la cancha para hacer cambios.
El regreso de Carlos Bilardo a la dirección técnica de Estudiantes terminó con un final feliz: el equipo de La Plata derrotó 2-1 a Talleres y sus hinchas, incómodos por tener que ser locales en el estadio de Gimnasia, dieron rienda suelta a su interminable alegría a tres minutos del término del partido, cuando Farías marcó el tanto de la victoria.
Dentro de un primer tiempo pobre, Estudiantes manejó el balón en los 15 minutos iniciales gracias a la proyección de los marcadores laterales, a la posición invertida de los volantes externos (Zapata finalmente actuó por la izquierda y Gelabert por la derecha) y a la función de nexo de Carrusca, quien con Oscar Malbernat en el banco jugaba por afuera.
Hasta que llegó el ansiado primer gol del cuarto ciclo Bilardo, cuando una combinación entre Maggiolo y Gelabert siguió con un centro contra la línea de fondo del mediocampista al punto del penal, donde Farías, con el parietal izquierdo, cambió la trayectoria para que el balón se metiera junto al palo derecho de Islas, que llegó a tocar la pelota aunque no logró evitar el tanto.
Pero Talleres justificó el empate transitorio desde el crecimiento individual de Javier Lux y Claudio González. El entrerriano fue por la izquierda, mandó un centro –Zapata le cometía penal a Real– y Plaza, por el segundo palo, dominó el balón y cruzó el remate de derecha junto al poste derecho de Ignacio González.
Con la expresa orden de Bilardo de que no tiraran pelotazos frontales, Estudiantes arribó en el segundo tiempo, casi sobre el epílogo, al tanto que le dio el triunfo, nuevamente a través de Farías. El delantero recibió en el segundo palo un centro de Angeleri desde la derecha y cabeceó hacia el palo izquierdo de Islas.
Talleres se defendió bien hasta el segundo gol local y se paró de contraataque, pero le faltó contundencia para regresar a Córdoba al menos con un punto en el bolsillo.