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Los hinchas de Gimnasia celebraban, acaso, por partida doble. No sólo porque el triunfo les permitía mantenerse muy cerca de la punta –sobre todo cuando, al rato, supieron del empate de River–, pero también porque el rival no era cualquiera: a Independiente lo tienen atragantado desde el 25 de junio de 1995, cuando el equipo de Avellaneda los derrotó en el Bosque y les sacó de la garganta el grito de campeón que tenían preparado, y que finalmente entonó San Lorenzo. Haberse consolidado como único escolta, a sólo tres puntos de River, a través de una victoria sobre Independiente, parece mucho más de lo que el fana de Gimnasia puede pedir, al menos por esta semana.
“Me pone contento la victoria que conseguimos, porque estamos cerca de la punta y nos mantenemos en carrera”, señaló Carlos Ramacciotti, el técnico gimnasista, al término del encuentro, pero evitó comentar el traspié de River: “Sólo me importan los puntos de Gimnasia y no los de Boca o River. Me interesa el rendimiento del equipo, que ande bien y poder alcanzar el objetivo, que es estar arriba”.
Comenzó mejor perfilado el local, aprovechando los problemas defensivos de la visita, sobre todo por el sector izquierdo, aunque entre Guiñazú, Insúa y Vuoso se las arreglaban para asustar a la defensa local.
Sin embargo, el equipo de Ramacciotti no desaprovechó su primera chance luego de que Zelaye derribara a Messera dentro del área. Sava, con un zurdazo bajo contra el palo derecho de Sala, abrió el marcador.
Pero Independiente no se hundía. Galván y Bustos, con su despliegue, se sumaron al trabajo en ataque, e Independiente comenzó a asediar la valla de Hernando. Cinco minutos antes de que terminara el primer período, Vuoso aprovechó una desinteligencia de San Esteban y Madrid, y con un zurdazo que se coló por debajo del cuerpo del arquero decretó el empate.
Gimnasia comenzó con todo el complemento. El minutero no había dado ni siquiera una vuelta, cuando Sala le tapó de gran forma un mano a mano a Pautasso. Al ratito, Vuoso se lo comió solo ante Hernando, pero Gimnasia estaba más cerca.
Enría encaró hacia Sala aprovechando un pelotazo largo, y Manrique lo tomó dentro del área. Giménez le dio el segundo penal de la tarde a Gimnasia, aunque esta vez Sava estrelló el remate contra un palo. Pero a los pocos minutos, una salida rápida de Enría por derecha finalizó en el fondo con un centro que pifió González pero no San Esteban, que clavó la pelota arriba en el arco de Sala.
“El equipo tiene un sacrificio enorme y corremos todos. Eso nos lo inculcó Ramacciotti, que insiste en que no somos menos que nadie”, opinó San Esteban. “Estamos segundos y esperamos seguir prendidos. Se nos vienen dos partidos difíciles con Newell’s y Belgrano, pero saldremos a jugarlos concentrados como lo hicimos con Boca y Vélez.”