Alma
El segundo gol de Diego Maradona a los ingleses, elegido esta semana en una encuesta realizada por la FIFA como el mejor tanto en la historia de los mundiales, se volvió a gritar ayer en Ibaraki, casi tanto como el que convirtió Gabriel Batistuta. En el entretiempo del partido en el que Argentina se impuso por 1-0 a Nigeria, la pantalla gigante del Kashima Stadium revivió aquella obra de arte de Maradona en el Mundial de México ‘86. Los 10 segundos y siete décimas que pasaron desde que Maradona tomó la pelota hasta que definió ante Peter Shilton fueron acompañados de un murmullo general que explotó en un grito de gol atronador. Así, los hinchas argentinos y los japoneses admiradores del buen fútbol rindieron tributo en la distancia al astro, que no pudo viajar a Japón por una cláusula legal: el gobierno en Tokio impide que un extranjero con antecedentes penales por cuestiones de drogas ingrese al país.
Maradona también estuvo presente en las inscripciones y dibujos de algunas de las muchas banderas argentinas que adornaron el estadio con capacidad para 41.800 espectadores, que no estuvo colmado a pesar de ser el más pequeño de los diez escenarios mundialistas de Japón.