La gran diferencia entre Vélez y Huracán estuvo en la producción de Jonathan Cristaldo. Para entender el 2-0 alcanza con notar la injerencia que tuvo el delantero velezano en el desarrollo. A los ocho minutos transformó un pelotazo a dividir en una chance de gol al aguantar la pelota ante Filipetto y definir con un zurdazo cruzado entre las piernas de Monzón. Y cuando Huracán se jugaba en busca del empate, tras una salida desesperada de Monzón, fabricó una chilena mágica, desde afuera del área, para definir el encuentro. Allí donde Huracán padeció su mal de ausencias, Vélez gozó con una tarde iluminada de su goleador, que llegó a los cuatro tantos en el certamen.

Pero, además de la cantidad, el gran mérito de Cristaldo está en que fue construyendo este presente con pocos minutos en cancha. Arrancó el torneo como suplente de Juan Manuel Martínez, pero se hizo notar en la primera fecha, cuando lo reemplazó en el segundo tiempo y anotó el gol del triunfo ante Colón. Pero recién a partir de la lesión de Martínez ante Boca por la Copa Sudamericana, Cristaldo encontró su lugar en el equipo y le devolvió la confianza a su entrenador con el tanto de la clasificación en ese partido. Y tres días más tarde continuó su racha goleadora con el segundo gol a Independiente. Ayer fue otra vez clave. Es probable que si hubiese tenido la camiseta de Huracán, el triunfo hubiese sido para el Globo. Pero el que lo disfruta es el campeón Vélez.