Quien haya usado Grooveshark, la plataforma concebida por Sam Tarantino y Josh Greenberg en 2006, sabrán de su uso abierto –simple, mejor dicho–, de su generosa discoteca en la nube, del buen tino en lo que respecta a la recomendación de artistas y, sobre todo, de ese aspecto indescriptible –y genial– que tiene que ver con la posibilidad de moldear las listas de temas como si fueran arcilla. Uno arrastra las canciones por su bandeja como fichas de un juego de damas y, claro, tiene la tentación y sensación de ser su propio dj. Ojo: no como aquellos seres que Pappo tenía entre sus enemigos número 1, sino como un dj de estación radial. La reciente movida para sus 35 millones de usuarios (que le dan más de 100 millones de streamings al mes) fue incluir una aplicación que permite a los usuarios compartir sus sets en tiempo real, grabar separadores y comunicarse con sus seguidores. El sueño de la radio propia.

Es que si servicios como Cuevana.tv nos acercaron al uso individual del cine –similar al kinetoscopio patentado por Thomas Edison–, la novedad de Grooveshark acomoda la invención de Guillermo Marconi a la lógica 2.0: todo dispuesto para el entorno propio. “Es tu creación. Tu personalidad. Tu vida. Tu escape. Tu fiesta. Tu audiencia. Tu fama. Tu selección (...) Tu show. Transmití”, incentiva el fondo de pantalla de la plataforma.

“El sistema está bueno para probar tener tu propia radio. Aunque hay diferencias entre una radio online y una amateur. Lo peor es que se confundan los términos, radio online puede ser por este sistema u otros y tan profesional como las radio tradicionales”, distingue Martín Sisro, director de RadioyPunto.com. Este creador de 16 años comenzó este proyecto a finales de 2009 desde el balcón de una casa. El año pasado relanzó la radio “de manera comercial” y ahora su emprendimiento cuenta con cerca de 40 programas emitidos desde un local en Las Cañitas. ¿Un distintivo? Muchos de sus encargados todavía no terminaron la secundaria, más de una decena se dedica íntegramente a la radio y cientos pasan todas las semanas por su estudio. Es una auténtica radio de –y para– nativos digitales. “Aprovechamos todas las tecnologías 2.0 al máximo, lo que nos posibilita conectarnos con nuestros oyentes de manera múltiple, lo cual hace nuestro trabajo más rápido. Unos años atrás hubiera sido imposible”, explica.

Diego Jalfen, Eddie Babenco y Martín Iamundo trabajaron en distintas radios hasta reunir fuerzas en la extinta Kabul. De esa emisora pasaron a hacer Platanoradio.com. ¿Proyecto bananero u homenaje a las huestes de Velvet Underground? Mitad y mitad. “De las radios tradicionales se podría decir que tenemos lo musical y de avant-garde que se habla poco y nada, es decir que exageramos lo clásico. Limitamos nuestra oferta a una selección de rock, pop e indie latinoamericano, y eso es posible por la cantidad de bandas y radios que hay”, explica Jalfen, quien comparte la mirada de Sisro sobre las gracias y límites de lo digital: “Ya estamos en Tunein.com, donde hay miles de radios; creo que hay que aprovechar los canales, como lo de Grooveshark, inclusive Justin.tv. Después depende de con qué grado de profesionalismo y originalidad lo lleves adelante”.

El creador de Plátano Radio estuvo en Barcelona, cubriendo el Primavera Sound. Este año, Argentina fue el país invitado al festival catalán, con una delegación conformada por 107 Faunos, Go-Neko!, Norma y Santiago Motorizado, y Plátano Radio fue la única radio argentina presente. “Es un festival de referencia, histórico. Interactuamos con sellos independientes españoles y otras radios online. Vimos artistas a los que en general no tenemos acceso y cómo recibieron a los platenses. Nosotros apuntamos a esa otra música y difundimos artistas que no entran en los circuitos de medios, dinero y discográficas. A los músicos los consideramos pares, son parte de la experiencia”, sentencia Jalfen.