“El demonio ha llegado y quiere arruinar nuestra espiritualidad desde dentro”, han sido las palabras utilizadas por un miembro del área de Defensa del gobierno ruso, Frants Klintsevich, para dar la bienvenida al país a Pókemon Go, el juego de realidad aumentada. Juego que, en efecto, ha aumentado ciertas realidades (o paranoias, según) soviéticas, alimentadas por voces oficiales que denuncian al de- sarrollo Nintendo de: vicio satánico, más pernicioso que la timba o las drogas, o instrumento de espionaje que, además de fisgonear y recolectar información para la CIA, busca “generar caos e inestabilidad” y “debilitar mentalmente” a los ciudadanos. Así, aunque los fans crezcan exponencialmente, algunas tiendas de lujo ofrezcan descuentos por cada bichito virtual asido y varios bancos lancen seguros especiales aplicables para lesiones sufridas cazando Pikachus, las autoridades gubernamentales no dan el brazo a torcer, e incluso prometen penas de cárcel para quienes intenten “atraparlos a todos” en zonas no-autorizadas; las militares, por caso.

De hecho, para desestimular el uso de exitosa aplicación, han lanzado una app similar, alternativa, que propone atrapar… más de una centena de figuras históricas de la gran patria rusa. Astronautas, zares, militares, escritores, músicos reemplazan así a Charizard, Nidoking o Snorlax en Conocé Moscú, el desarrollo en cuestión, donde versiones 3D de Iván El Terrible, Yuri Gagarin, Pyotr Ilyich Tchaikovsky, Alexander Pushkin, Rasputín o Víktor Tsoi pueden ser “capturadas” al tomarnos una selfie con ellos. A diferencia de Pokemón Go, además, los personajes están desperdigados no en forma azarosa sino en puntos clave de Moscú, en referencia a algún episodio vital que los tuvo como protagonistas in situ. Finalmente, además de alentar a que los moscovitas caminen más y se olviden del juego endemoniado, la versión rusa busca “poner lumbre sobre nuestro rico patrimonio cultural usando tecnología de realidad aumentada, tan a la moda”, según informó el ayuntamiento local. Para los compatriotas, una propuesta libre de espías. Al menos, de espías norteamericanos.