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Para los residentes del pueblo Coalville, en Utah, Estados Unidos, la desnudez es un tópico controvertido que los obliga a tomar cartas en el asunto, aun cuando la suelta de ropas sea una estatua. De allí que la inmodesta obra instalada en el centro de la ciudad —una mujer de metal y alambre bautizada “Leaf Dancer” y creada por el artista Milt Neely— haya generado escozor entre puritanos vecinos que, para solucionar el “inconveniente”, procedieron a vestir la estatua con extravagantes piezas de indumentaria. Y aún lo hacen.

Irónicamente, los primeros en horrorizarse por la desarropada pieza fueron los adolescentes de la ciudad. “Nos pareció incorrecto que no estuviese vestida, así que comenzamos a ponerle la ropa que ya no usábamos”, contó una blonda jovenzuela de cara a una entrevista con KSL, señal que explica que, desde su instalación dos años atrás, la curvilínea estatua ha sido cubierta en numerosas oportunidades, generalmente por la noche y por teens que pretenden cuidar la buena moral de la comunidad.

Capitalizando la atención que el objeto recibía, el alcalde Duane Schmidt decidió “legalizar” las intervenciones y ahora él mismo incentiva a que chicos y chicas de 14 años le den su toque personal a la bailarina cada jueves por la medianoche. “Algunas personas pensaron que la ciudad se enojó cuando comenzaron a disfrazarla, pero no es el caso”, aclaró el alcalde a un medio local. Y agregó que “cada viernes despertamos con una estatua distinta”. La diferencia la genera el guardarropas de ocasión, sean sostenes de coco, camisas holgadas, polleras o trajes piratas.

Milt Neely, por su parte, no podría estar más contento. En vez de disgustarse por la pobre interpretación y aceptación de su obra, cree que la gente se ha apropiado de su estatua, que se convirtió en una atracción turística en Coalville. Al menos por una vez, la reacción ante la desnudez en el arte deja satisfechos tanto al artista como a sus detractores.