Domingo, 12 de noviembre de 2006 | Hoy
HALLAZGOS > EL DISCO MíSTICO DE TIM MAIA
Dentro de Brasil, Tim Maia es un mito, pero su música nunca se exportó, quizá porque cultivaba el soul y no ritmos locales. Pero ahora eso puede cambiar: pronto lo editará Luaka Bop, el sello de David Byrne que le presentó al mundo a Os Mutantes, y reapareció Racional, su disco más extraño, verdaderamente maldito, que grabó en pleno brote místico y después rechazó con saña. Su demorada reedición en cd se ha transformado en el acontecimiento musical del año en su país.
Por Martín Pérez
Tres días. Según cuenta la leyenda, ése fue el tiempo que Tim Maia desapareció por aquel entonces –fines de 1974– de los lugares que solía frecuentar. No aparecía por el estudio donde estaba grabando con su banda, no estaba en su departamento de Copacabana ni daba señales de vida en su nueva discográfica, para la que estaba grabando el primer disco de su contrato. Luego de cuatro discos de éxito para el sello Polydor, Maia había firmado para RCA por un suculento adelanto y lo poco que llevaba grabado de su nuevo álbum hasta aquellos tres trascendentales días de ausencia hacía que Miguel Plopschi –director artístico de RCA– se restregase las manos. “Pobre Plopschi”, escribe Nelson Motta, ex productor discográfico, periodista y flamante biógrafo de Tim Maia, recordando ese momento. Porque cuando Maia reapareció, lo hizo para pasar por el estudio y llevarse las cintas, no sin antes anunciar que se había convertido a una secta llamada Universo en Desencanto, o Racional Superior. Dejaría las drogas, el sexo y la bebida, se vestiría de blanco y se dedicaría a promover sus nuevas creencias con su música.
Así fue como comenzó la historia más extraña y particular dentro de la biografía de un personaje aún más extraño y particular si se toman en cuenta las características de la música brasileña. Porque, dentro de un mundo musical con una voz tan propia como el brasileño, Tim Maia encarnó desde su primer disco al soul en el país de la samba y la bossa nova. Por eso fue que su trabajo, en su momento, sólo supo consumirse fronteras adentro del Brasil. Y por eso es que, en estos tiempos de redescubrimientos globales, será el próximo lanzamiento internacional de Luaka Bop, el sello de David Byrne que hizo que el rock indie conociese y amase a otro grupo brasileño olvidado, Os Mutantes. Pero la clave para este redescubrimiento de Tim Maia es el mito de Racional, el disco maldito de su carrera, que grabó con más dedicación que ningún otro y del que luego renegó al punto de destruir todas las copias y negarse rotundamente a reeditarlo en vida. Incluso, cuando Marisa Monte quiso rescatar alguno de aquellos temas, el propio Maia se encargó de que desistiese de hacerlo. Más de treinta años después de su edición original, y a ocho años de la muerte de su autor, Racional finalmente acaba de ser reeditado en Brasil. Y su leyenda –y su música– vuelven a hechizar a sus ocasionales escuchas.
Según cuenta Motta en el capítulo dedicado al disco Racional en su inminente biografía de Maia, aquellos tres días que cambiaron la vida de Tim comenzaron cuando llegó a su casa con palpitaciones y falta de aire, acuciado por una angustia opresiva y un peso en el pecho. Se había fumado cantidad de porros, tomados unos whiskies y también probado unas líneas de la cocaína que un músico invitado había llevado al estudio de grabación. Se tiró en un sillón y abrió un libro que le había pasado el letrista Tiberio Gaspar. “Quedó fascinado con la historia de que todos somos seres de otro planeta, exiliados en la Tierra, donde pagamos por nuestros errores y nuestra animalidad”, escribe Motta. “Sólo los que leyesen el libro se liberarían de esos campos magnéticos negativos y serían rescatados por platos voladores que los llevarían de regreso a nuestro origen, el Racional Superior”.
Semejante dislate deslumbró tanto a Maia que se subió a su pequeño Fiat blanco y se fue al santuario de la secta. Reapareció tres días después y durante el tiempo que duró su conversión abandonó su vida licenciosa y todos sus bienes materiales (su departamento quedó vacío, ya que donó todo a la secta), y llegó a grabar dos discos, que editó de manera independiente, y vendió en la calle y en sus shows, de la misma manera en que los otros conversos de la secta vendían los libros de su líder. Aunque no llegaron a convertirse, sus músicos lo acompañaron en su desvarío, ya que sin drogas, alcohol ni sexo, Tim Maia cantaba y componía mejor que nunca, algo que se puede constatar en los discos, que durante años fueron los más buscados en los mercados de usados del Brasil. Para acrecentar el mito, las letras de los hermosos temas de Racional por momentos se limitan a decir simplemente cosas como “Lea el libro universo en desencanto”, una y otra vez. Pero aun así, Racional no deja de ser un disco fascinante. Tan fascinante como su historia, lo que no es poco decir. “No lea el libro, pero escuche el disco”, escribió Nelson Motta años atrás, antes de siquiera terminar siendo el biógrafo de Maia. Algo que, después de tres décadas de espera, ahora finalmente se puede hacer. Por ahora, sólo en Brasil.
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