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“¿Hubo una maldición en el rodaje de El bebé de Rosemary? ¿Cuál era la bizarra conexión entre este clásico del cine de terror y Charles Manson? ¿Tuvieron algo que ver los problemas en el set de Los inadaptados con la muerte de Clark Gable? ¿Qué hay detrás de las muertes de las estrellas de Rebelde sin causa? ¿Tuvo algo que ver la épica filmación de una bomba con las muertes por cáncer de John Wayne, Susan Hayward, Agnes Moorehead y muchos otros? ¿Había una fuerza diabólica en el set de El exorcista, y cuáles son los detalles detrás de la maldición que tuvo que enfrentar el vecindario en el que la película fue hecha? ¿Qué eventos trágicos unen a las estrellas de Superman, la película?”. Abrumador: todo esto y mucho más promete desde la contratapa el libro Curse of the Silver Screen. Tragedy & Disaster Behind the Movies (La maldición de la pantalla plateada. Tragedia y desastre detrás de las películas), crónica del periodista John W. Law que compila los relatos de “numerosas producciones problemáticas de películas hollywoodenses y que descubre cómo estas producciones afectaron las vidas de estrellas tales como Marilyn Monroe, Alfred Hitchcock, Joan Crawford, Marlon Brando, Montgomery Clift, Elizabeth Taylor y otros”.
La fascinación absoluta por la desgracia ajena; el tipo de relato que convoca multitudes, incluyendo a aquellos que jamás se dignarían a ver las películas cuyo catastrófico “detrás de la historia” consumen con avidez. El material perfecto para el “E! True Hollywood Story” y los “Behind the scenes” de cada semana. Entre sus anales se cuentan tres favoritos contemporáneos: la misteriosa muerte de Brandon Lee en el set de El cuervo, el infierno de los protagonistas de la sitcom “Blanco y negro” (Gary “Arnold” Coleman, Dana “Kimberley” Plato, Todd “Willis” Bridges: un combo escandaloso de dealers, cárcel y pornografía coronado por la muerte de Plato pocos años atrás), y tal vez el más célebre de todos, el misterio de Poltergeist. Dominique Dunn (la hermana mayor de la nenita protagonista) fue achurada por su ex amante poco después del estreno de la primera película de la trilogía, en 1982. Los actores que interpretaban al espíritu bueno y el espíritu malo en Poltergeist 2 murieron, respectivamente, de cáncer y en un transplante cardíaco pulmonar (1985). Heather O’Rourke, la protagonista de las tres películas, murió en una mesa de operaciones, a causa de una infección intestinal no detectada a tiempo.
Fiel a la máxima de que “más es mejor”, aplicable a toda de secuela de un blockbuster multimillonario de Hollywood, Matrix Recargado trae su propia maldición. En Internet llegó a circular el rumor de que, durante el rodaje, Keanu Reeves encendía velas todas las mañanas para “ahuyentar a los espíritus malignos de la Matrix Curse”. A continuación, el listado más o menos completo de víctimas que se ha cobrado la Matriz hasta ahora:
; La actriz y cantante Aaliyah, a quien se puede ver en Romeo debe morir y en La reina de los condenados, interpretaba originalmente a Zee en Matrix Recargado y Matrix Revoluciones, pero se mató en un accidente de avión en Bahamas el 25 de agosto de 2001. La reemplaza Nona Gaye, hija del legendario Marvin Gaye.
; Gloria Foster, que en la primera Matrix interpretaba a El Oráculo (o La Pitonisa, según el subtitulado local), murió, como Aaliyah, cuando ya había terminado de rodar Matrix 2 pero aún no había comenzado su trabajo en la tercera. Las causas: complicaciones en su condición de diabética. Aparentemente los Wachowski decidieron no reemplazarla y modificar el guión de la tercera aparte, Matrix Revolutions.
; Demasiadas artes marciales: durante los entrenamientos para la película, Carrie-Anne Moss (Trinity) se rompió una pierna, Laurence Fishburne(Morpheus), un brazo y Hugo Weaving (Smith) se descolocó alguna pieza de su cuello mientras lo arrastraban con un cable. Keanu Reeves sólo se habría lastimado las costillas y el tobillo izquierdo: habrá sido gracias a las velas.