Un repaso por los consagrados en los primeros puestos de las listas de los mejores del 2012 deja como el gran ganador a Frank Ocean y su delicioso debut propiamente dicho (su primer trabajo fue el mixtape Nostalgia, Ultra), el luminoso, frágil e introspectivo Channel Orange, que podría haber sido firmado por Stevie Wonder. Lo persiguen de cerca nuevos clásicos como Jack White o Fiona Apple, y el inoxidable Bruce Springsteen. Que ha sido el año de los veteranos lo demuestra que ahí arriba no faltan Bob Dylan y Neil Young, los regresos de Leonard Cohen o Dr. John, la resurrección del cantautor británico Bill Fay tras casi medio siglo de ausencia, o el emocionante retorno a los estudios de Bobby Womack de la mano de Damon Albarn. Del lado del hip hop y el rap la corona es para Kendrick Lamar, celebrando también el retorno de Nas. Los nuevos nombres que también resultaron infaltables fueron los debuts de los inspirados Alabama Shakes, los fascinantes escoceses Django Django, la cantante británica Jessie Ware o el art-rock de Alt-J, ganadores del premio Mercury. También la cantautora Sharon Van Etten, el segundo disco de los XX y esa sorpresa permanente llamada Grimes. Pero el chico maravilla del año fue Ty Seagall, que editó tres discos durante el 2012, y al menos uno de ellos se coló en cada lista (la revista británica Uncut incluyó los tres en la suya). Y demostrando que la bonanza musical local permite que no sólo vengan viejas glorias a facturar la nostalgia, Lonerism de Tame Impala –que presentaron en Buenos Aires el año pasado– figura bien arriba en las listas. Lo mismo sucede con Shields, otro de los indudables elegidos del año, cuarto disco de Grizzly Bear, los Radiohead de Brooklyn, que el martes 29 de enero estarán tocando en La Trastienda.