Jueves, 12 de marzo de 2009 | Hoy
SANTA FE › TRIBUNAL ORAL FEDERAL DE SANTA FE CITó A AUDIENCIAS PúBLICAS
Barcos está preso y acusado de integrar un grupo de tareas que el 16 de mayo de 1978 -poco antes del Mundial de Fútbol secuestró a un ex dirigente de CTERA ya fallecido, José Alberto Tur y a su ex esposa, Amalia Ricotti.
Por Juan Carlos Tizziani
El primer juicio oral a un represor de la dictadura en la provincia ya tiene fecha: 7 de mayo, a las 8.30. El Tribunal Oral Federal de Santa Fe citó a las audiencias públicas en las que sentará en el banquillo a un civil: Horacio Américo Barcos, un ex gremialista de la UOCRA que operó como PCI (Personal Civil del Ejército) en el Destacamento de Inteligencia Militar 122, desde dos meses antes del golpe del 24 de marzo de 1976 hasta bien entrada la democracia. Barcos está preso y acusado de integrar un grupo de tareas que el 16 de mayo de 1978 -poco antes del Mundial de Fútbol secuestró a un ex dirigente de CTERA ya fallecido, José Alberto Tur y a su ex esposa, Amalia Ricotti, quienes permanecieron cautivos en un centro clandestino de detención en las afueras de Santa Fe durante dos semanas. Barcos será juzgado por "privación ilegítima de la libertad y tormentos".
El Tribunal estará integrado por los jueces Ivon Vella, José María Escobar Cello y Daniel Laborde, éste último en reemplazo del doctor Ramiro Puyol que se excusó de intervenir por que tiene un hermano desaparecido en la dictadura.
Ya están citados a declarar unos quince testigos, entre ellos la maestra rosarina Adriana Arce, secuestrada en la misma fecha -en mayo de 1978 cuando regresaba a Rosario después de un viaje a Santa Fe, donde se reunió con Tur, con quien era compañero de militancia gremial. Arce es querellante en la causa de la Fábrica Militar de Armas y fue testigo en el juicio a las Juntas Militares, en 1985.
Otros dos testigos en la causa serán los esposos Daniel García y Alba Sánchez, quienes también fueron secuestrados por un grupo de tareas -integrado por militares, policías y civiles que los mantuvo cautivos durante cinco meses, desde el 6 de diciembre de 1977 hasta el 25 de mayo de 1978, en un centro clandestino de detención en San José del Rincón. En diciembre de 2004, el matrimonio pudo reconocer e identificar la casaquinta que está en calle del Sol, en barrio Villa California, a doscientos metros de la ruta 1. Ambos fueron convocados por la similitud de los operativos, que los secuestró a ellos y a los esposos TurRicotti, en la misma época.
La investigación judicial reveló que Barcos operó como "personal civil de inteligencia (PCI) del Ejército" durante toda la dictadura y hasta fines de los 90. Un informe de la Jefatura II (Inteligencia) del Ejército ratificó que estuvo al servicio del Destacamento de Inteligencia Militar 122 de Santa Fe desde el 1º de enero de 1976 hasta el 1º de mayo de 1997, hasta que cesó en el cargo "por jubilación". En realidad, el Ejército proporcionó a la causa dos pruebas claves: el legajo personal de Barcos -que es secreto y una lista de unos cincuenta PCI en la que figura el imputado y aparecen algunos nombres conocidos.
En su denuncia ante la justicia, Ricotti relató que una noche durante su secuestro en el centro clandestino, dos represores que custodiaban a ella y a Tur se pusieron a jugar con las armas. Enfundaban y desenfundaban sus pistolas. "De pronto, se escuchó un disparo y sobrevino un profundo silencio", explicó. "Uno de ellos, al que llamaban 'Oca', le dijo a otro que identificaban como 'Quique' qué había hecho. Tras el episodio se acercaron a una radio y se escuchó decir 'Fábrica llama' y después vino 'Quique' y me dijo: 'esto se va a llenar de gente y si vos contás algo, sos boleta'". Ricotti guardó en su memoria esa imagen de "Quique", a quien años después, volvió a cruzar en la cola de un banco.
"Lo vi en el momento del secuestro. Esa fue mi primera visión. Vi su cara perfectamente en el momento del secuestro. Y luego, pude verlo en el centro clandestino, aunque que se manejaban con mucha soberbia. En ese momento se creían dioses, que estaban más allá del bien y el mal, y actuaban con mucho ensañamiento", recordó.
"Después, lo volví a ver en la calle muchas veces, en la peatonal San Martín, en muchos lugares y su cara la tenía muy presente, hasta el último encuentro en el banco, donde lo increpé y él me dio su nombre", agregó. La mujer vivió ese encuentro casual como "una situación límite". "Tuve que contenerme porque era un lugar público", relató. Fue allí cuando le dijo: 'Vos sos Quique'. A él le temblaban las manos y lo negó: 'No, señora. Yo soy Horacio'".
El 10 de octubre de 2007, Ricotti identificó a su secuestrador ante la justicia: "Quique es Barcos", le dijo al juez Rodríguez, quien ordenó la inmediata detención del agente de inteligencia del Ejército. Y el 29 de octubre de 2007, lo procesó por "privación ilegítima de la libertad agravada" y "tormentos agravado", convirtió su estadía en la cárcel de Las Flores en "prisión preventiva" y ordenó un embargo sobre sus bienes por 180 mil pesos.
Dos meses después, el 28 de diciembre de 2007, la Cámara Federal de Rosario confirmó el procesamiento de Barcos. "Se ha demostrado la existencia de elementos concordantes y suficientes acerca de la intervención de Horacio Américo Barcos en los hechos reprochados", concluyó la Cámara.
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