Con el aval que le otorga la mayoría de las encuestas, Hermes Binner se siente cerca -aunque no lo diga- de ganar las elecciones del domingo en un distrito clave para el Gobierno nacional. "Si ganamos, el 24 de octubre nos vamos a encargar de remarcar que el Presidente no perdió sino que el país ganó espíritu crítico", argumentó el primer candidato a diputado del Frente Progresista Cívico y Social. El ex intendente dice sentir mayor adhesión a su proyecto en estos comicios que en el 2003, cuando fue el más votado pero no llegó a ser gobernador por la Ley de Lemas.

-A una semana de las elecciones, ¿qué balance hace de la campaña?

-Estamos contentos, fue sin agresiones. Se difundieron propuestas y la gente tendrá que decidir. En nuestro caso, apelamos a que los santafesinos vean lo que se hizo en Rosario, donde hubo administraciones que pensaron en la gente, generaron solidaridad, participación y transparencia.

-A propósito del boom rosarino, Rossi lo adjudica al modelo económico impulsado por el gobierno nacional. ¿Es así?

-Si fuese así, tendría el mismo resultado en todas las ciudades del país. Y no es lo que ocurre. Además, no es con dinero que se solucionan los problemas de la población, hay que tener ideas.

-Rossi lo acusó de haber provincializado la campaña y no haber discutido temas nacionales en estos meses.

-Las retenciones que golpean a los productores santafesinos, ¿quién las implementó la Sociedad Rural, los tamberos? No, el gobierno nacional.

-Su slogan de campaña fue "Comienza el cambio", pareció más un virtual lanzamiento a gobernador que a legislador, por las limitaciones que tendrá para cambiar el país desde una banca entre otros 256 diputados.

-Cuando decimos "comienza el cambio" es porque le damos lectura a lo que ocurrió en diciembre del 2001, cuando la gente salió a la calle a decir los representantes no nos representan. El cambio implica incorporar a la sociedad civil, por eso incorporamos en nuestras listas a actores sociales. El cambio no viene de Buenos Aires, sino de Santa Fe. Si la sociedad santafesina no se pone de acuerdo para defender sus intereses nunca van a darle a la provincia lo que le corresponde. Lo que hoy ocurre es preocupante: Santa Fe recibe un tercio de la coparticipación que reciben otras provincias por habitante cuando aporta el triple.

-Rossi dijo que en toda la campaña no lo escuchó hablar de las obras públicas que necesita la región que se deben gestionar en Buenos Aires y por ende no las defenderá en el Congreso.

-Usted sabe que no es así, recorra los archivos periodísticos y verá reclamos míos permanentes. Cuando no hay argumentos la actividad política se traduce en criticar, en pegarle al otro, nuestro estilo no es ese.

-¿Qué impresión le dejó la afirmación de Reutemann instando a votar por Rossi para que se hagan esas obras públicas?

-Eso es parte de la vieja política menemista que existe en Santa Fe. El menemismo en Santa Fe no ha desaparecido, esta es la mejor muestra.

-A propósito de menemismo, Sergio Rossi ¿tuvo que irse del gabinete provincial por haber mentido o por haber dicho la verdad al ligar a Carlos Reutemann con el ex presidente Menem?

-Por haber dicho la verdad. Esto demuestra la debilidad de Obeid, que es víctima de la Ley de Lemas. Su legitimación a esta altura, si a la mitad del mandato no logró concretarla es muy difícil que lo logre (en los próximos dos años). Los cambios de gabinete tan abruptos que realizó a una semana de las elecciones muestran una debilidad pasmosa.

-Usted encabeza un Frente que se autodenomina Progresista, el gobierno nacional ¿usted cree que lo es?

-Habría que ver que es progresismo. Si renovar la Corte Suprema y sacar los jueces menemistas es ser progresista, indudablemente hay una gran diferencia entre el gobierno nacional y el provincial. En cuanto modelo económico, está claro que hubo una fuerte reactivación que benefició a algunos e incluso a sectores no directamente vinculados al sistema por el goteo. Pero hay un techo en el cual si no hay políticas activas vinculadas a la producción y el trabajo se detendrá el proceso de inclusión social.

-¿Qué se pone en juego en esta elección? El oficialismo sostiene que se plebiscita el modelo económico que lleva adelante el Gobierno

-Esa es una visión hegemónica que no nos ayuda a la construcción de un país con diálogo y consertación. Los hegemonismos nunca fueron buenos. Entonces, ¿para qué aumentar el coro, para qué le sirve al Presidente que el coro aumente?

-Desde el Frente para la Victoria se hace hincapié en su paso por la Alianza que llevó al país a la gran crisis del 2001.

-Nosotros jamás ocupamos un cargo político en el gobierno de la Alianza. Lo que hicimos fue apoyar desde el Socialismo, en el Frepaso, a una coalición. Cuando se incorporó Cavallo retiramos ese apoyo.

-Este Frente Progresista, ¿reedita aquella Alianza?

-Esto es el cambio, incorporamos actores sociales como Pablo Zancada y Elda Jerez vinculada a las organizaciones no gubernamentales.

-¿Por qué no quiso debatir con Rossi?

-No es que no quisimos debatir, no queremos ser parte del show. El debate que hubo (entre los candidatos de la Capital Federal) no le aclaró nada a a la gente. Allí se reforzó la idea que la política es agravio, enfrentamiento. Nosotros proponemos la confrontación de ideas.

-Mirando de reojo el 2007, ¿es consciente que esta elección es clave para posicionarlo como candidato a gobernador?

-El 2007 está lejísimo, lo mejor que podemos hacer es trabajar por los que no tienen voz en este 2005, sino tal vez en el 2007 esten muertos. Por la experiencia que me dan varias elecciones en las que participé, en general la gente en las elecciones legislativas toma actitudes de voto que no siempre las repite para las elecciones ejecutivas.

-Si el 23 de octubre Hermes Binner no gana, ¿se termina su carrera política?

-Mire, si Hermes Binner no gana el 23 de octubre va a seguir trabajando por todos los rosarinos, aún en el club de bochas del Parque Independencia.

-En caso de ganar, ¿cómo se imagina el 24 de octubre?

-Nos vamos a encargar de hacer resaltar que el Presidente no perdió en Santa Fe, al contrario ganó espíritu crítico y gobernabilidad.