Domingo, 16 de octubre de 2005 | Hoy
CULTURA / ESPECTáCULOS › 5º FESTIVAL INTERNACIONAL DE TEATR0 MERCOSUR 2005
La marginación, la discriminación, las guerras y los efectos
de la globalización fueron los temas protagónicos del festival,
con una respuesta de público ávido por abordar esas cuestiones.
Por Julio Cejas
Desde Córdoba
Finaliza hoy en la ciudad de Córdoba el 5º Festival Internacional de Teatro del Mercosur, que volvió a ratificar el grado de convocatoria que genera a nivel de público y de la prensa nacional. De la variada programación pueden destacarse algunas producciones que resultaron en algunos casos atractivas por la solidez de sus planteos dramáticos como en otros por el carácter de innovación y originalidad. Entre lo más potente a nivel de búsqueda dramática puede mencionarse ¿Quién le teme a Tennesse Williams? del grupo esloveno Slovensko Mladinsko Gledalisce, con dirección de Matjaz Pograjc.
Dentro de los espacios no convencionales, se destaca la obra Roman Photo, propuesta de las compañías Royal de Luxe (Francia) y Gran Reyneta (Chile). En un balance de los grandes ejes temáticos que desfilaron por el Festival, adquirió cierto protagonismo el abordaje de los temas sociales como la marginación, la discriminación, los efectos de la guerra y las desigualdades producidas por la globalización. Pareciera que el retorno de lo político a escena viene a desmentir una vez más aquello de la muerte de las ideologías y pone en cuestionamiento cierta corriente que desde la cultura intentaba en los últimos años letigimar el adormecimiento de una estética crítica. No es casual la respuesta de un público ávido de recuperar una identificación con un teatro que hable de ciertos temas que para muchos son sólo el eco de un anacronismo setentista.
Uno de los espectáculos que fue ovacionado de pie y que ratifica esta idea fue Otra vez Marcelo dirigida por el argentino César Brie, director y creador del prestigioso Teatro de los Andes de Bolivia (ver aparte). México aportó a esta tendencia su puesta de La mujer que cayó del cielo dirigida por el estadounidense Barclay Goldsmith, que plantea la historia de Rita Quinteros, una extranjera ilegal en las calles de una ciudad de Kansas. Típico caso de las situaciones conflictivas producidas en las innumerables fronteras en un mundo que se jacta de haber alcanzado la panacea de la comunicación global. Sólo por la importancia del tema y el trabajo actoral de Luisa Huertas pudo sostenerse una propuesta que no tuvo consistencia dramática debido a un elenco de pobres recursos y una dirección que no pudo superar estas carencias.
Desde Buenos Aires llegó Slaughter, una obra escrita por el uruguayo Sergio Blanco y representada por el grupo Los Barones, con dirección del crítico teatral Juan Carlos Fontana. Inscripto dentro de la joven dramaturgia latinoamericana de los últimos años, Blanco plantea la relación de un ex soldado de la guerra del Golfo y su mujer en el interior de un departamento por el que se filtra la violencia del mundo a través de las relaciones de la pareja. La obra respira el síndrome producido por todas las últimas guerras conocidas y los escenarios del Golfo o Irak para el espectador argentino pueden parecerse mucho al de Malvinas.
Lo político a nivel histórico fue rescatado por la Compañía Hara Teatro del Paraguay, con la obra Mujeres: Exodo y Resistencia, dirigida por Wal Mayans. Dentro de los espacios no convencionales y en lo que ya constituye todo un rasgo de esta época donde se recuperan lugares de trabajo para transformarlos en espacios culturales, se pudo ver Historias para ser contadas en la Fábrica Alto Brillo. Una adaptación de la obra Historias para ser contadas de Dragún a cargo de la directora porteña María Ibarreta, cuyo único atractivo fue el hecho de realizarse en una fábrica de zapatos donde se contó con el aporte de operarios que se sumaron a los actores del elenco.
Una de las tantas experimentaciones a las que este Festival dedica gran parte de la programación y que demanda esfuerzos y dineros no siempre bien invertidos. Esto se ha venido reflejando a lo largo de las distintas ediciones del Festival del Mercosur y volvió a ratificarse en ésta con propuestas como 57 beds, The Ultra Wedding creada y dirigida por la directora danesa Signa Sorensen y Lontano Blu, coproducción argentino-ítalo-australiana.
Las 57 camas es una coproducción cordobesa-dinamarquesa que se desarrolla en el interior del Hospital Español. Allí gran parte del público que no conoce las reglas del juego que vienen desarrollando algunos jóvenes desde el primer día en que comienza la performance se queda al margen de este supuesto espectáculo. A pesar de haberse realizado en la traidicional sala del Teatro Real, con Lontano Blu el público se quedó afuera de una instalación que sirvió para desaprovechar la riqueza del tema de la inmigración en Córdoba. La puesta de la australiana Teresa Crea adolece de los mismos problemas que tuvieron la mayoría de los directores extranjeros que en este Festival intentaron trabajar con materiales locales.
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