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Domingo, 28 de mayo de 2006

CULTURA / ESPECTáCULOS

Otra vez "Adiós y buena suerte", que nosotros quisimos con locura

La Agrupación Filodramática Te quisimos con Locura, repone
desde esta noche en el Berlín, aquella obra de Los Macocos
"Adiós y buena suerte". Una afortunada decisión revisionista

 Por Julio Cejas

Hace diez años, la "Agrupación Filodramática Te quisimos con Locura", dirigida por Cristian Marchesi, estrenaba en Rosario "Adiós y buena suerte", uno de los primeros trabajos del reconocido grupo porteño Los Macocos; con los que compartían una forma de hacer humor y la capacidad para construir una legión de admiradores que hasta el momento siguen recordando aquellos tiempos. Este domingo a las 21, en el Bar Berlín de Pasaje Zabala 1128, con cierto aire revisionista y con sólo dos de los integrantes de aquella formación, vuelve a escena reciclada y remasterizada; "Adiós y Buena Suerte".

Una buena parte de la herencia que "Los Macocos" dejaron en los trabajos posteriores de Marchesi tienen mucho que ver con el concepto de "banda de teatro" aplicado a su nueva agrupación "Tijuana Boys". Por eso muchos de los que se den cita esta noche y las noches venideras irán a ver otro espectáculo de "la banda favorita", algunos nostálgicos irán a reencontrarse con vestigios de lo que fuera la versión original y los habitues del lugar a pasarlo bien sin mayores análisis.

Todos salvo los nostálgicos o los que puedan percibir un espectáculo que a pesar de una buena recepción sigue acusando su fecha de vencimiento; "lo van a pasar bomba", parafraseando a uno de los personajes holográficos que se descontrolan en la escena de la fiesta de cumpleaños.

Más allá de algunos ajustes y algunas mixturas con los típicos gags que los Tijuana Boys han recreado en sus shows; esta versión de "Adiós y buena suerte" no alcanza a quitarse el estigma que marcaron hace años determinadas fórmulas de hacer humor a partir de lo político.

Con aires de fines de los 80 y principios de los 90, "Adiós y buena suerte" conserva gran parte de esa visión negra con respecto al futuro y que en aquellos momentos estaba atravesado por la incertidumbre de la guerra del Golfo a nivel mundial y Argentina se preparaba para la fatídica carnestolenda menemista.

Es un espectáculo pensado como despedida y como ácida reflexión acerca de la frivolización de los medios, las delicias del liberalismo económico y se apoya en registrar la muerte a partir de una mirada sarcástica de la cual el cine de terror de los últimos años se apoderó transformando cierta irreverencia cómica en un estereotipo indigesto.

Tanto en fragmentos fuertes como "Bunker Super Luxe" "Los cuatro jinetes del Apocalipsis" y "El Show de la Muerte", puede rastrearse ese registro donde la vida pareciera ser nada más que un escenario donde poder ritualizar el goce de la muerte y la violencia cargando las tintas en lo morboso de un sistema que paradójicamente necesita de estos condimentos para seguir retroalimentándose.

Hasta el tema tan trillado del fin del mundo y la reflexión de lo que haría cada uno si faltaran pocos minutos para ese momento se tornan después de Cromagnon , poco consistentes y nada perturbadores.

El humor ha tomado distintos rumbos y pocos han podido sustraerse de ciertos estigmas de los años 80, una década tan fuerte y prolífica en la gestación de ciertas marcas de lo irreverente y lo transgresor a nivel de las artes escénicas.

La buena suerte, que es el deseo y el saludo final de esta obra, recaerá en todo caso en el despliegue histriónico de Martín Fiumato, Matías Martínez, Matías Tamburri; Federico Fernández Salafia y Kiti Cabruja; inteligentemente coordinados por Cristian Marchesi.

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Cristian Marchesi, el director de la legendaria "banda de teatro" que vuelve a escena. Con aires de fines de los 80, "Adiós y buena suerte" conserva esa visión negra del futuro.
Imagen: Alberto Gentilcore
 
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