El pintoresco espacio La Terraza de la Cúpula, reciclado hace poco tiempo entre tantos sitios recuperados por la Plataforma Lavarden, será el lugar de reencuentro para quince mujeres que volverán a ponerle el cuerpo a Heroínas, una sugestiva performance creada por Rody Bertol bajo la dirección general del actor Juan Nemirovsky. El espectáculo --que podrá verse los días viernes 4, sábado 5 y domingo 6 de marzo a las 20 y a las 21.30-- es una creación colectiva diseñada, según sus responsables, entre actrices y directores.

Con el sello inconfundible del ya histórico Centro Experimental Rosario Imagina, esta propuesta, estrenada el año pasado, abreva en un formato que el director teatral Rody Bertol desarrolló con éxito en propuestas como Artificio Casamiento o Lo Mismo que el Café, donde el contacto entre espectadores y elenco era uno de los sustentos vitales para generar una poética intimista y perturbadora.

"Quince mujeres van y vienen durante una hora para compartir y celebrar sus vidas, los relatos que emergen hablan de personas que han labrado o inspirado una gran obra o una gran epopeya en el anonimato", afirma el parte de prensa que refiere a cada espectador como parte integrante de tres relatos de estas heroínas.

--¿Este retorno a la cartelera implica la reafirmación del trabajo estrenado el año pasado?

--El reestreno de Heroínas nos sumerge en las sensaciones y el recuerdo de sus dos temporadas pasadas: una en Lavardén y otra en Casa Arijón; con 22 funciones que arrojaron una cifra de más de 2 mil personas, que se conectaron con las historias de estas grandes mujeres y llenaron todas las funciones, dejándonos la mejor de las devoluciones: un gran aplauso --dijo a Rosario/12 el director Juan Nemirovsky.

El elenco incluye nombres con diferentes formaciones y experiencias teatrales: Noemi Asenjo, Marianela Chicón, Laura Copello, Sofía Dibidino, Laura Forla, Mariela Feugeas, María Lenci, Yanina Mennelli, Natalia Pautasso, Mariana Pevi, Soledad Murguía, Clara Rajz, Car Rosso, Gisela Sogne y Romina Tamburello.

Los encargados de la dirección tambien transitan diferentes formas de ver y producir teatro: Silvana Battocchia, Diego Bollero, Carolina Torres, Felipe Haidar, Alejandro Leguizamón, Dana Maiorano, Simonel Piancatelli, Soledad Murguía, Carla Tealdi, Natalia Trejo y Julieta Pretelli.

Además de participar como actriz, la dramaturga y directora Romina Tamburello fue la encargada de la supervisión y coordinación dramatúrgica, mientras que Simonel Piancatelli se ocupó de la asistencia de dirección y Alejandro "Chavo" Ghirlanda fue una vez más el responsable del diseño y la puesta de luces del espectáculo ideado por Rody Bertol, todo bajo la dirección general de Nemirovsky.

"Es importante destacar que Heroínas se enmarca en una tradición creada por el grupo Rosario imagina y que se hermana con dispositivos como lo fueron Lo Mismo que el café o Artificio Casamiento", dijo Nemirovsky acerca de esta auténtica apuesta dramática que acerca a las actrices a los espectadores a partir de pequeñas historias que se cuentan en forma de confidencia.

Se trata, dicen los creadores de esta experimentación, de "quince mujeres que caminan por un sendero, hasta que en un momento se acercan a contarles a los espectadores historias mínimas que hablan de generosos, audaces, inconsecuentes, transgresores e insensatos actos que marcaron una vida y generaron una gran obra".

Siete historias que intentan abrevar en la vida de Vivian Maier, Dora Diamant, Susana "Gricel" Viganó, Ada Falcón, Rosa Campusano, Nina Berbérova y Dora Ratjen; auténticas heroínas que desde su sitio en el mundo dejaron, cada una, un sello particular que ahora el público podrá compartir en una experiencia intransferible.

"Es una obra realmente coral, por el despliegue de 15 actrices y sus 11 directores, que resultan ser los verdaderos artífices de este hecho teatral", dijo Nemirovsky a Rosario/12, aprovechando para destacar la idea de Bertol en un intento por proyectar un diálogo cada vez más fluido entre los teatreros independientes, a partir de distintos temas y problemáticas de los últimos años.

La historia de mujeres anónimas simboliza también la posibilidad de que los espectadores sientan que sus propias historias mínimas cobran sentido y valor en un mundo donde lo público y lo privado se han degradado y lo mediático pareciera fijar las reglas de lo que es válido y políticamente correcto.