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Domingo, 28 de febrero de 2016

CIUDAD › DUDAS Y ANTECEDENTES SOBRE EL CONTROL DE NARCOLEMIA QUE REALIZARá EL MUNICIPIO.

Las drogas peligrosas para conducir

La iniciativa de Jorge Boasso tendrá su llamado a licitación el viernes próximo, con un plazo de entre 45 y 90 días para poner en marcha las pruebas piloto. En Bahía Blanca se realizan desde el año pasado, con resultados "positivos".

 Por Juan Giosa

La puesta en marcha de los controles de narcolemia en menos de 90 días, definida esta semana en una reunión entre el concejal radical Jorge Boasso y autoridades municipales, levantó dudas sobre el funcionamiento y los costos del aparato que detecta el nivel y el tipo de droga consumida por el conductor de un vehículo. La fundadora de la organización Compromiso Vial, Mónica Gangemi, apoyó los controles, pero consideró que estos dispositivos "salen muy caros, valen 10 dólares por persona las pipetas y los reactivos. Es bastante dinero y no me parece mal invertirlos, pero con los pocos alcoholímetros que hay en la ciudad nosotros vivimos peleando todos los fines de semana para que los calibren, y que haya más aparatos y más controles", sentenció esta luchadora, quien recordó que la sustancia que causa más accidentes en las calles y rutas del país es el alcohol.

En cuanto a la narcolemia, también aparecieron interrogantes sobre la estigmatización de las personas por acciones que atañen a su vida personal, más allá de la sanción que recibirá por conducir sin contar con todas sus capacidades físicas y psíquicas. En ese sentido, Boasso destacó que se va a asegurar la confidencialidad, ya que la ordenanza establece que "quedará estrictamente prohibida la remisión de la información obrante a cualquier otro organismo público o privado".

Luego de que la intendenta Mónica Fein anunciara junto a Boasso la implementación de los test de narcolemia en las calles rosarinas para detectar conductores bajo los efectos de estupefacientes, esta semana se realizó una reunión en la que hubo más precisiones. El viernes que viene estará listo el decreto reglamentario que regulará los controles y a partir de ese momento se llamará a licitación para la compra de los instrumentos de medición. Se estima que en unos 35 o 90 días estará todo listo para comenzar con la etapa de prueba piloto, que se realizará junto a la alcoholemia en dos puestos fijos y cuatro móviles.

La iniciativa, presentada por el edil radical, fue aprobada en abril de 2014 pero recién este año el municipio decidió poner en práctica la ordenanza a través de una primera etapa de prueba piloto, donde sólo se evaluarán las drogas ilegales y, según informó Boasso, tendrá un carácter "educativo y experimental", sin sanciones pecuniarias. En la segunda etapa, se incluirán fármacos legales que afecten las capacidades para conducir, y comenzarán a correr las mismas sanciones que establece el Código de Faltas para los positivos de alcohol.

Esta medida tiene algún antecedente en el país, ya que desde octubre del año pasado se realiza en la localidad bonaerense de Bahía Blanca. El Jefe de Operativo de la Guardia Urbana de esa ciudad, Marcelo Marchese, relató a Rosario/12: "Desde que iniciamos estos controles, notamos que bajó bastante el nivel del consumo al volante, la gente se cuida más. En Navidad y Año nuevo, hicimos un operativo muy grande, sobre todo en fiestas privadas, y solo dieron tres positivos de alcohol y cero de droga".

En ese contexto, en la madrugada del jueves 18 de febrero, detuvieron en esa ciudad a un colectivo de la empresa Central Argentino que provenía de Rosario con destino a Caleta Olivia, luego de que los pasajeros advirtieran maniobras temerarias del chofer y avisaran a la Policía. Ante esta situación, se realizaron los controles del caso, de los cuales dio negativo de alcohol pero positivo en el de narcolemia, y se determinó que el chofer había consumido cocaína.

Por otra parte, en lo que respecta al test en sí, Marchese explicó: "El aparato es una lengüeta que viene en un sobre cerrado, que lo abre la persona a la cual se le hace el control. Se lo pone en la boca durante 3 o 4 minutos, y tiene un material absorbente que cuando obtiene la saliva suficiente se pone de color azul. Luego, se lo inserta en el equipo, que lo analiza y da el resultado en un tiempo de entre 5 y 10 minutos".

El funcionario bahiense aclaró que los dispositivos pueden detectar dos, tres o hasta siete distintas sustancias. Los que utilizan en esa ciudad reconocen seis, entre las que se encuentran cocaína, marihuana y anfetaminas. Al mismo tiempo, comentó que hay ciertos medicamentos, como por ejemplo Lexotanil o Valium, que se encuentran prohibidas para conducir debido a que, si bien las receta un médico, dentro del prospecto se advierte que puede resultar contraproducente para manejar.

En Rosario se definió que también van a ser seis las drogas a detectar: anfetaminas, opiáceos, cannabis, cocaína, metanfetamina, y metadona. Cada una tendrá su propio punto de corte, todavía a definir, y se medirá en nanogramos. Este último punto se diferencia de lo que pasa en Bahía Blanca, donde no hay un límite permitido para consumir al volante, sino que "o estas drogado o no estas drogado, no hay algo intermedio".

En lo que concierne a la situación de la persona a la que le da positivo el test de narcolemia, Marchese detalló: "Se hace un informe de un médico profesional, se le agrega el ticket que da el equipo sobre qué tipo de estupefaciente o fármaco llevaba en el organismo y cuanto dió el control; eso se eleva al Tribunal de Faltas junto con la licencia de conducir, y el vehículo queda a disposición del juez". Después del trámite, el conductor debe pagar la multa correspondiente, y es el magistrado quien decide si se le habilita a manejar, y si corresponde o no derivarlo al fuero penal.

En ese sentido, Boasso había destacado que en Rosario se va a asegurar la confidencialidad del conductor, ya que la ordenanza establece que "quedará estrictamente prohibida la remisión de la información obrante a cualquier otro organismo público o privado". Además, aseguró que no se sancionara al individuo, y "su enfermedad", sino a quienes conducen bajo los efectos de las drogas. Al mismo tiempo, aseguraron que se ofrecerá "a los adictos acceder de manera voluntaria a un tratamiento médico y terapéutico".

Por su parte, Gustavo Vega, a cargo de la Asociación de Voluntarios para el Cambio del Drogadependiente (AVCD), una institución civil que trabaja en la prevención y asistencia integral de las adicciones, opinó que "la narcolemia es una manera de objetivar eficazmente la presencia de sustancias psicoactivas en el organismo de un sujeto. Estas drogas mantienen su actividad durante diversos períodos de tiempo modificando y distorsionando el funcionamiento del sistema nervioso central y esas alteraciones ocasionan trastornos en las respuestas psicomotoras".

Sin embargo, el especialista destacó que "estas pruebas sólo deben ser indicadas en la vía pública, con el único objetivo de proteger al sujeto y la comunidad del riesgo que supone el manejo de vehículos bajo efecto de sustancias psicoactivas". Y resaltó: "De ninguna manera se debe invadir la privacidad de las personas sino todo lo contrario, se debe preservar la intimidad de todos los ciudadanos".

Por otro lado, desde la asociación civil "Luchemos por la Vida", dedicada a nivel nacional a prevenir accidentes de tránsito, aseguran que muchos medicamentos recetados y drogas ilegales pueden afectar fuertemente la capacidad de manejo. Esto es, no sólo porque su ingesta "altera los parámetros normales de la conducción, al provocar somnolencia, alteración de la coordinación motora, la atención, la percepción sensorial o el juicio crítico", sino también, que al igual que con el alcohol, los primeros efectos psicológicos, como la desinhibición, el aumento de confianza y la sobreestimación de la propia capacidad, motivan en el conductor comportamientos de riesgo.

Dentro de los medicamentos recetados destacan a los psicofármacos, como ansiolíticos, antipsicóticos o neurolépticos y antidepresivos. Pero además, mencionan algunos antihistamínicos, usados para aliviar los síntomas de gripe o resfriados y alergias; antiinflamatorios no esteroideos; remedios para el corazón y anti-hipertensivos. Según esta agrupación, pueden producir sueño, trastornos visuales u otros síntomas que influyen en la manera de conducir.

Al mismo tiempo, advierten que las drogas ilegales, como la marihuana, la cocaína y el éxtasis, afectan por sí mismas la conducción, ya que perturban el funcionamiento psicofísico del individuo. "Combinadas con el alcohol conforman un cóctel fatal a la hora de conducir, ya que se potencian sus efectos tóxicos", dicen.

En Rosario, Mónica Gangemi, fundadora de la asociación local Compromiso Vial, se sumó a la medida: "Apoyamos totalmente estos controles porque es justamente nuestro eje de trabajo". Sin embargo, aseguró que el mayor problema en la ciudad y en el país es el consumo de alcohol de personas que van al volante, por eso reconoce que desde su organización ponen más énfasis en ese tema. Y reclamó al Estado municipal que haga público de dónde van a sacar los recursos para comprar los insumos necesarios para la narcolemia.

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Los dispositivos son abiertos por el propio conductor, y deben estar 3 o 4 minutos en la boca.
 
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