Con una primer versión nacional que tenía a Tita Merello como protagonista, Filomena Marturano es una obra históricamente ligada a elencos fuertes. A nivel internacional, el cine ofreció su adaptación de la mano del director Vittorio de Sica y de una dupla estelar: Sofía Loren y Marcello Mastroiani. En el orden local, luego de aquella primer experiencia la obra volvió a las tablas en el 2006 a partir de la labor del director Manuel González Gil, quien convocó a Betiana Blum y Hugo Arana para lanzar una propuesta que cosechó tres nominaciones a los Estrella de Mar. Luego de la partida de Blum este verano, el proyecto no se resintió, y descubrió en Virginia Lago a una nueva Filomena, ésa que este sábado a las 21 se hará presente en el Auditorio Fundación de Mitre 754.

En diálogo con Rosario/12, Lago relató el proceso que derivó en su llegada al elenco que completan además Walter Balzarini, Ana María Colombo, Marcelo Méndez, Diego Pando, Mariana Giovine, Carolina Pujal, Diego López y Juan Pablo Galimberti. "Me sumé cuando a fines de enero me llamó Manuel, con quien ya estoy trabajando hace cuatro años, porque primero hicimos Porteñas y después Mosqueteras --narró--. El me hizo esta propuesta tan loca de hacer Filomena Marturano porque Betiana, que había estrenado la obra en Mar del Plata y con quien hicieron temporada en Buenos Aires, tenía que irse, entonces iban a tener que levantar la obra. Manuel es un gran amigo, un enorme seductor. Además la obra es seductora y su autor, Eduardo De Filippo, es seductor, que ha escrito una obra fantástica. En la obra hay amigos, también trabaja mi hija, así que se juntaban muchas cosas, y también las ganas que yo tenía de hacer Filomena...".

Si bien la actriz había visto los trabajos de Merello, Loren y Blum, buscó darle rasgos personales a su Filomena. "Por supuesto que haber visto a Betiana, Tita y Sofía Loren alimenta, porque las tres son grandes actrices, pero una tiene una visión, una personalidad y una manera de ver las cosas. Así que trabajamos durante seis días en los que llegábamos al teatro a las 8 de la mañana y nos íbamos a las siete de la tarde. Primero con Manuel y después se fueron incorporando Hugo y todos los demás actores, que son muchos y con personajes con mucha carnadura, había que conectarse con ellos y con la totalidad de la obra. Así que en seis días maratónicos hicimos la obra, y estoy contenta", relató.

Por su parte, Arana se ofrece como una voz calificada para analizar las cualidades de la Filomena representada por su actual compañera de tablas. "Allí hay una Filomena donde es muy valiosa su lucha. No aparece una mujer avasallante, sino más bien sufrida, que ha llegado ajada a esta instancia. Entonces la reivindicación es más fuerte. Ella es una persona más metida hacia adentro, cuya lucha ha sido más masticada, más dura. Creo que hay un mejor triunfo, más valioso, porque ha recuperado su dignidad cuando, después de mentir una situación de muerte y pedirle (moribunda) casamiento a Soriano, lo logra. Y apenas se casa, cuando firman el juez y los testigos se levanta y dice: `Tengo hambre` (risas). Ahí empieza la historia, en un punto altísimo", apuntó el actor a este medio.

Ya en relación al Domingo Soriano que él encarna, Arana detalló: "Durante años Soriano le había prometido casarse a Filomena, pero nunca se casó. Domingo Soriano es un bon vivant, ha sido un egoísta toda su vida, es un hombre que se ha abocado a los placeres y poco ha dado a cambio desde el punto de vista afectivo. Su corazón está intocado, pero en un momento de la obra él se entera de algo que demuestra que su corazón estaba. En un momento se entera de algo y se le da vuelta la vida, y es fantástico interpretar un personaje así. Porque además es muy divertido, la gente se ríe a carcajadas, aunque después la obra entra en una zona emocional muy fuerte".

"Este es un personaje a la italiana, para afuera, él grita como en un conventillo. Es un tipo cuyo mayor deporte fue pagar para tener sexo, y por eso la conoce a Filomena en una casa de putas y la hace su preferida, pero él sigue yendo a casas de putas. Además persigue a las muchachitas de veinte años, entonces es un tipo que con su edad (porque ahí el público me ve a mí) paga para tener sexo, persigue a las pendejas de 20 y no tiene hijos. Para mí es un adolescente que no creció nunca, que al varón no lo tiene instalado. Por eso no puede reconocer a la mujer: o tiene que ser puta y él le paga, o es una pendeja. Es un cagón, que no tiene el rol de protector", concluyó el actor.