Los trabajadores de la empresa Mahle -que fabrica aros de pistón en su planta de avenida presidente Perón (ex Godoy) al 5600- denunciaron que peligran los 400 puestos de trabajo de Rosario, ya que la firma alemana planifica llevar la producción hacia otras fábricas "más productivas". El alerta gremial se intensificó porque les dijeron que si el personal "no cambia su actitud, la planta se cerrará", según relató Roberto Campos, uno de los delegados de los trabajadores, afiliados a la Unión Obrera Metalúrgica. La compleja situación se inició en marzo de 2007, cuando capitales alemanes adquirieron la empresa Dana, que antes fue Daneri. Desde entonces, primó la incertidumbre. "Vemos que se van llevando trabajo a otros lugares. El cromado lo realizan a Brasil con la excusa de las malas condiciones en la planta que había en Pérez, pero lo cierto es que se está produciendo la mitad", afirmó Claudio Maldonado, delegado de los trabajadores.

Los temores recrudecieron a partir del cierre de la planta de San Juan y el reconocimiento de la propia empresa sobre el incierto futuro de la planta Rosario. Mahle también compró el año pasado la valvulera Edival, de Rafaela. Voceros de la compañía reconocieron que la planta Rosario está "lejos de los estándares de producción de otras plantas en el mundo" y afirmaron que la casa central en Alemania les dio un ultimátum para hacerla rentable. Los mismos voceros admitieron -en declaraciones al diario Castellanos- que llevarán la producción a otras fábricas que tienen en el mundo. La principal candidata es la de Brasil.

En las mejores épocas de DANA, en 2002, la fábrica llegó a producir 5 millones de dólares mensuales, pero hoy el volumen se redujo a la mitad. "Es cierto que invirtieron cuatro millones de euros, pero sólo en infraestructura, no renovaron ninguna maquinaria", indicó Campos. Creen que el próximo paso será trasladar el corazón del proceso productivo, que es el mecanizado, porque la maquinaria rosarina no fue renovada. Otro dato que los preocupa es que despidan a trabajadores con experiencia, para tomar a otros de menor calificación. "Hubo varias ofensivas contra nuestros derechos, algunas de manera indirecta", indicó otro de los delegados, Martín Flayart. Cuando la empresa alemana llegó a Rosario eliminó la doble indemnización (antes de su derogación legal) y despidió a 37 trabajadores.

De hecho, alertan que sólo un porcentaje de los aros de pistón que se trasladan mil kilómetros hasta Brasil para el cromado vuelven para su terminación. "Existe un claro plan de vaciamiento de la empresa. Nosotros no queremos hacer cortes de calle, pero podemos perder 150 o 200 puestos de trabajo, por lo menos", lanzó Maldonado.