Sábado, 21 de enero de 2006 | Hoy
Ayer hicieron una inspección para llevar tranquilidad a los
vecinos de Puerto Norte que protestaron por el fracaso de la
"explosión dirigida" que dejó muy inclinada a la estructura
La municipalidad de Rosario intentó llevar ayer tranquilidad a los vecinos de la zona de Francia y la avenida de la Costa, donde el intento de demolición de una gran estructura de silos cerealeros, fracasó en una primera instancia y dejó a la pesada construcción inclinada. La situación, que generó la visita de rosarinos que llegaban hasta esa zona de Puerto Norte para fotografiarse con "la nueva torre de Pisa"; desató en las casas linderas protestas y reclamos porque "están en peligro nuestras viviendas". Si bien los responsables de la empresa privada que hizo el trabajo ya habían asegurado que no había posibilidad de que la estructura cayera por sí sola; ayer el director de Obras Particulares del municipio, Eduardo González, afirmó tras una inspección que "no hay ninguna posibilidad de que el silo ceda".
"En principio no correría ningún tipo de riesgo, fue realizado por los mejores ingenieros que hay en la ciudad", dijo el funcionario municipal quien agregó que para la terminación del trabajo implementarán cualquier mecanismo de los autorizados. A su vez, González dijo que "se va a hacer una evaluación, se charlará con la Municipalidad. Temores no hay, porque que semejante estructura se haya clavado a diez metros de caída libre, significa que no la tira nadie".
Los técnicos de la empresa Milicic, junto a miembros de la Municipalidad, recorrieron ayer a la mañana el predio del Parque Sunchales, donde se apostará el complejo Parque Norte. Desde ahí, todos los implicados coincidieron en que "si se cae lo hace para el lado contrario a los vecinos", aunque agregaron que "no hay ninguna posibilidad que la estructura ceda".
Tal como estaba previsto, los ingenieros de la empresa Milicic SA concretaron el "vuelco dirigido", pero la estructura de 42 metros de alto no cayó por completo como habían calculado, sino que quedó inclinada. Aunque los responsables del operativo aseguraron que la mole de hormigón "está firme" y que se evaluarán los mecanismos para terminar de derrumbarla, los vecinos de la zona estaban indignados porque temían que pudiera ceder y caer sobre sus viviendas. Y, como si esto fuera poco, no es la primera vez que una demolición en el predio queda a mitad de camino: ya que en noviembre pasado se logró volar un elevador, pero un granero soportó indemne la detonación de los explosivos.
Uno de los ingenieros responsables de la demolición de estos silos, dijo que "el primer decepcionado soy yo, porque obviamente queríamos que el trabajo se hiciera bien de una sola vez. Pero lo que me da tranquilidad es saber que hemos priorizado la seguridad ante todo. Los silos pueden terminar de derribarse hoy, mañana o pasado; pero lo importante es que se hizo un trabajo sumamente seguro", explicó Leonardo Jorge en declaraciones a LT8. Incluso, el profesional señaló que en el momento de la explosión "nosotros colocamos unas telas especiales que contienen la velocidad a la que pueden salir disparados los fragmentos de hormigón. Todos los aspectos de seguridad fueron contemplados debidamente".
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