"Los grandes protagonistas de esta noche han sido los más de diez mil rosarinos que se convocaron con su emoción, su silencio, su aplauso. Y en este cierre, con todas las velas encendidas, recordando el pasado, el dolor, el sufrimiento y la tragedia, pero también creo que con una mirada de esperanza hacia el futuro". Conteniendo todavía los sentimientos disparados por una conmemoración altamente emotiva, ante Rosario/12 Miguel Lifschitz intentaba sintetizar en esas palabras lo vivido durante poco más de una hora en el Monumento a la Bandera, donde una multitud se sumó al acto organizado por la Municipalidad de Rosario a treinta años del Golpe. En simultáneo, en la Plaza Cívica de la ex Jefatura de Policía, la Orquesta Sinfónica provincial emocionaba a otra multitud reunida por el mismo aniversario, que esperaba ansiosa el cierre con la cantante Liliana Herrero.

Sin más discursos que el de sus canciones, Víctor Heredia le había puesto el cierre a un evento altamente emotivo que, bajo la atenta mirada de las Madres y Abuelas que ocupaban la primera fila bajo el escenario en el monumento, había incluido la participación de numerosos artistas de la ciudad, incluyendo a Fito Páez, Coki Debernardis y los cuarenta cantantes que entonaron "La Cigarra" y "Todavía cantamos" como obras emblemáticas de la resistencia.

Aunque el momento cumbre llegaría cuando miles de velas se alzaron para acompañar en silencio a Chiqui González en treinta segundos de imágenes poéticas. El primero fue para los hijos que nos miran desde el pasado, el segundo por el dolor de los cuerpos vigilados, el tercero por los ausentes, los espacios vacíos. Desde el cuarto, la sucesión quebró a Chiqui: "Por la ronda de los niños, las faroleras, por las madres y las rondas de la plaza, por todas las rondas que no sean de vigilantes, por la historia argentina, entera, sin agujeros, por la memoria, por la búsqueda, nuestra identidad y la de nuestros chicos, el reencuentro y los abrazos, por las palabras sueltas, libres, sin controles, por el silencio y por el último minuto de quienes desaparecieron, por el último segundo, por los hijos que nunca supieron que parieron madres, por las madres que afuera, adentro, parieron hijos".

Por otro lado, resultó curioso ver la manzana de Santa Fe, Moreno, Dorrego y San Lorenzo, llena de luces y música. Tanto como la emblemática esquina donde funcionaba el tétrico centro clandestino de detención del Servicio de Informaciones, que se muestra en la significativa noche del 23 de marzo llena de vida: fotos, paneles con historias de vida, símbolos de la militancia, banderas, pancartas y una placa que fue descubierta anoche y que recuerda a los 30 mil desaparecidos que lucharon por sus ideales, colocada por Familiares de detenidos.