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El presidente de la Empresa Provincial de la Energía, Daniel Cantalejo, anunció ayer un conjunto de obras en el centro y en los barrios para mejorar la infraestructura eléctrica, superada por los niveles de consumo durante las jornadas más calurosas. A la par de la presentación, el funcionario reveló que sobre unos 5 mil comercios relevados, 200 presentaron irregularidades en su conexión. El plan supone una inversión global de 360 millones de pesos y consiste en unas 18 obras en diferentes áreas de la ciudad, algunas de las cuales la EPE ya comenzó y que se prolongarán durante los próximos seis años, trazó Cantalejo. Algunas habían sido anticipadas en los últimos días a la Asociación Empresaria y a la Federación de Comerciantes a Cielo Abierto, cuando el sector hizo sentir su malestar por los cortes de luz que afectaron a los comercios en vísperas de Navidad. Se trata de la renovación de la red subterránea de baja tensión en la peatonal Córdoba, en la zona comercial de calle San Luis, y entre Pellegrini, San Martín, 27 de Febrero y Ayacucho, una estación transformadora en San Martín al 4300, nuevos centros de distribución para Echesortu, Pichincha y para la zona comprendida entre Uriburu, Francia, Seguí y Avellaneda, entre otras. Según Cantalejo, en 2012 este plan representará inversiones por 40 millones de pesos entre el macrocentro y el río, y por otros 35 millones en los barrios. "Si no hubiéramos hecho las inversiones que realizamos en estaciones transformadoras y en la red de media tensión, con el calor de los últimos días el 40 por ciento de Rosario habría quedado sin energía", aseguró. Cantalejo dio a conocer un estudio realizado por la Universidad Tecnológica Nacional sobre 5.000 comercios de la ciudad y que halló anomalías dolosas en 200 de esos establecimientos. Por eso anticipó que la EPE intensificará el año entrante controles contra el hurto de energía. Con el objetivo de "redimensionar la capacidad instalada" de las redes, el presidente de la distribuidora eléctrica anunció un programa de revisión para medir la diferencia entre la potencia solicitada y la potencia realmente consumida una vez que los nuevos edificios y comercios habilitados en los últimos años se ocuparon.