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"Somos policías, drogados de mierda, tírense al piso y quédense quietos. Sabemos que hay plata en la casa, está en la bolsa". Los ex oficiales irrumpieron con esas frases y a los gritos en una vivienda de calle Biedma al 4100, en barrio Alvear, el 17 de abril pasado. A las seis de esa mañana, Alicia Graciela B. estaba en la casa con su hijo Diego Martín. Ambos fueron maniatados con precintos. Los ladrones buscaban una suma de dinero en un lugar específico de la casa. Las víctimas relacionaron el robo con un allanamiento que habían tenido días atrás, donde la policía había visto la plata en el placard, mientras buscaban un arma, que no encontraron. Tras la denuncia por la sustracción de 25 mil pesos, dos computadoras portátiles, celulares y cadenas de oro, el caso recayó en el Juzgado de Instrucción 7º, donde ayer el juez Juan Andrés Donnola procesó a Luis Alberto Gastaminza y Miguel Frías, dos policías que estaban en disponibilidad y fueron sindicados como coautores de "robo calificado por el uso de arma de fuego no hallada, en concurso real con el delito de privación ilegítima de la libertad calificada". Al parecer, el modus operandis de los ladrones --que fueron reconocidos por las víctimas-- era hacer allanamientos con la vestimenta de la fuerza y regresar, en otra oportunidad, para efectuar el robo.

Según el relato de la mujer, esa madrugada mientras dormían escucharon "un fuerte golpe en el comedor". Al levantarse, encontraron "varios masculinos que gritaban `hija de puta dame la plata y salvás a tu hijo de ir en cana, dame los 25.000 pesos que te quedaron en la bolsa o me llevo a tu hijo a la circunvalación y lo mato como a un perro y lo dejo tirado". Tras la amenaza, les ataron las manos a ambos y al joven le taparon el rostro con una prenda de vestir.

Según consta en el fallo de primera instancia, tras insistir con que el dinero estaba en el placard, la mujer terminó confesando que había entregado la bolsa a un vecino para que se la cuidara, tras el allanamiento que habían tenido ese fin de semana y que redujo la suma ante el hostigamiento policial.

Es que el sábado anterior al hecho, personal que se presentó como de la Brigada de Investigaciones llegó a la vivienda con una supuesta orden de allanamiento, en busca de una pistola; sin embargo, durante la requisa vieron la bolsa de plata en el placard. "Se olvidaron de la pistola que habían ido a buscar"; propusieron un "arreglo" y se alzaron con más de 10 mil pesos.

Alicia relató lo que había sucedido días antes del robo, en el presunto allanamiento: "Vino personal de Brigada de Investigaciones, para realizar un allanamiento en mi casa. Estaban buscando un arma de fuego, yo les dije que no teníamos nada. Revolvieron toda la casa y rompieron varias cosas, pero no encontraron ningún arma. Cuando estaban en mi pieza iban a revisar el ropero y me dijeron que si tenía plata que la sacara, entonces yo saqué la bolsa. Cuando vieron la plata, se enloquecieron y dijeron que querían `arreglar'. Tenían a mi hijo esposado y para evitar que se lo llevaran le di 10 mil pesos".

La mujer relacionó directamente ese hecho con el robo sufrido posteriormente. Los oficiales sabían que había más dinero en la bolsa y volvieron con más hombres a buscarlo. "Los ladrones fueron directamente a mi pieza y al ropero, porque no sabían que yo le había dado mi plata a un vecino", indicó.

En plena madrugada, y ante los dichos de la víctima, uno de los oficiales se llevó a la mujer a la casa del vecino donde escondían el dinero. "Cuando el vecino me dio la plata, se la di al hombre --identificado como "el de la verruga en la cara"--. Volvimos a la casa, me volvieron a colocar los precintos en la muñeca, nos dijeron que esperáramos 8 a 10 minutos para salir, sino nos mataban; y se fueron en un Megane".

Diego Martín coincidió con la sospecha de su madre. "Yo también tenía plata en mi billetera y en el cajón de mi pieza y no me la sacaron, ni siquiera revisaron nada, fueron derecho a la pieza de mi mamá al ropero donde estaba la plata". Según dijo, ese dinero que guardaban en el placard "provenía del campo" que tiene la familia. "Yo estoy encargado del campo que tenemos en Reconquista, voy y vengo. Toda la familia vive de eso".

Los acusados fueron detenidos en abril pasado, sospechados de simular allanamientos para asaltar domicilios. Es que a ellos les encontraron elementos incriminatorios en dos allanamientos. Ahora, el juez les imputa "haber ingresado intempestivamente junto a otros masculinos en el domicilio citado, presentándose como personal policial, vestidos con sus uniformes y bajo amenazas de muerte con armas de fuego; y requirieron a sus moradores dinero en efectivo". Para el magistrado, "existen elementos suficientes para emitir un juicio probable de reproche".