Un grupo de pobladores de un terreno baldío en el sudoeste rosarino copó ayer la esquina de Santa Fe y Sarmiento y cortó el tránsito con un piquete en llamas para exigir a la Dirección Provincial de Viviendas y Urbanismo que acceda a facilitarle un plan de 40 casas por las que esas familias están dispuestas a pagar.

"Vivimos en ranchos, hacinados, con nuestros hijos, somos muchas madres solas, pero no queremos que nos regalen una casa, podemos pagarla. Pero nos tienen a las vueltas, con mentiras", señaló Natalia Gómez, una de las jóvenes con bebé en brazos que tomó la voz del reclamo bajo la cúpula del Palacio Fuentes y ante las vidrieras del bar El Cairo. El destino del piquete está a media cuadra, por Santa Fe, la sede de la DPVyU, donde uno de sus directivos, Pablo Abalos, firmó el 26 de febrero una carta de cuatro puntos en la que declara la posibilidad de encarar un proyecto habitacional acorde al reclamo de esos pobladores. Según contaron, este funcionario dejó de atenderlos y quien tomó su lugar fue el ex secretario de Orden Urbano municipal, Luis Baita, ahora en la dependencia provincial de Vivienda. "Baita desconoce lo firmado por Abalos, nos dice que por ahora no hay nada, pero después de una asamblea que hicimos en el barrio, nos mandó dos tipos que nos mostraron una pistola", lanzó Guillermo Píccolo, uno de los portavoces de la protesta. "Usan métodos mafiosos porque no tienen respuesta política", agregó.

El terreno para el que piden atención estatal es un baldío de 4,5 hectáreas en Rouillón y Dr. Riva, que tiene dueño y que, según sus ocupantes, está dispuesto a venderlo para que el Estado edifique un barrio. "Hoy es un baldío con ranchos y descampado donde hasta hubo violaciones. Los vecinos también están de acuerdo con que se urbanice. Pedimos eso, y se trata de nuestra vivienda, vivienda digna, que estamos dispuestos a pagar", exclamaron.