Atletas, entrenadores y dirigentes sociales y políticos relacionados con el deporte esperaban hace mucho la dimisión del sucesor, desde 2005, del coronel retirado Antonio Rodríguez -ya fallecido-, quien estuvo al frente del COA durante 28 años.

“Casanello es responsable de todo el accionar represivo cometido en Quilmes entre los años 1979 y 1982, y de la desaparición de Francisco Romero Barreta, en junio de 1980, y de Lindolfo Pablo Gómez, el 11 de junio de 1981”, denunciaron en su momento los organismos de Derechos Humanos.

Debido a las acusaciones en su contra, el titular del COA casi no se mostró en público desde su asunción y apenas estuvo unos pocos días en Beijing, donde no acompañó a los deportistas argentinos en los pasados Juegos Olímpicos.

“No estuvo el día en que desfiló la antorcha por Buenos Aires y tampoco cuando se le entregó la bandera a Ginóbili. No quería exposición pública hasta el inicio de los Juegos”, denunció el deportista Martín Sharples.

“Cassanello sigue con la gestión anterior, que es la más tradicional y conservadora. Se necesita un cambio”, había comentado en su momento Carlos Mauricio Espínola, el argentino con mayor cantidad de medallas en la historia de los Juegos Olímpicos.

“Hay que tener una nueva política deportiva urgente, porque ningún deportista amateur puede decir que las cosas están bien hechas”, manifestó, por su parte, Juan Esteban Curuchet, quien coronó su sexta y última participación olímpica con la medalla de oro en la prueba Americana de ciclismo en Beijing.

Mientras Cassanello fue intendente de Quilmes “hubo 370 detenidos-desaparecidos y funcionaron varios Centros Clandestinos de detención, tortura y exterminio”, denunciaron los organismos de Derechos Humanos.