"Soy demócrata y creo en las elecciones", señaló el mandatario, que fue arrestado y expulsado del país el 28 de junio pasado y desde el 21 de septiembre se encuentra alojado en la embajada brasileña en Tegucigalpa.

"Bajo las actuales condiciones no las vamos a reconocer", dijo Zelaya con respecto a las elecciones para elegir al próximo mandatario hondureño. "Si me reponen en el cargo, las elecciones serían en la fecha prevista y podríamos apoyar el proceso", expresó el presidente depuesto, quien denunció que el gobierno de facto instauró "un régimen de represión, en el que se cierran medios de la oposición y se suspenden los derechos fundamentales".

"Ojalá salgamos pronto de este estado de sitio nazi que los militares han impuesto alrededor de la embajada" brasileña, manifestó Zelaya, para quien el régimen de facto "no es sincero" cuando apela al diálogo "porque a la vez no dejan pasar a la gente que quiere hablar" con el mandatario constitucional.

Zelaya sostuvo que el ánimo de resistencia del pueblo no está agotado: "Nuestra tarea es defender nuestros valores y nuestro espíritu de lucha está fortalecido porque la verdad y la razón están de nuestro lado; somos muy optimistas de que habrá una solución para este conflicto", afirmó.

El presidente desplazado subrayó su propósito de recuperar el puesto: "No se trata del cargo, sino de una condena del golpe, para que no vuelva a ocurrir algo así; sólo quiero que se respete la voluntad del pueblo, representada en la Constitución", añadió.