Los obispos deben enfrentar los problemas de forma decidida, señaló Benedicto en el marco de la reunión con los 24 representantes católicos en Irlanda, aunque reconoció que la "dolorosa situación" actual no será superada rápidamente.

"Hubo errores en nuestra gestión", reconoció el primado de Irlanda, Sean Brady. Con pena, Benedicto XVI escuchó las informaciones sobre los casos de abusos y animó a los obispos "a continuar el diálogo con las víctimas y los supervivientes". Brady aseguró que el Papa está dispuesto a reunirse con las víctimas en el momento oportuno".

Según fuentes del propio Vaticano, durante el encuentro de Roma no se trató la dimisión de los obispos, tal y como piden las víctimas, quienes solicitan la renuncia, entre otros, del obispo de Galway, Martin Drennan. Hasta el momento, solo cuatro de los religiosos involucrados en el "Informe Murphy" renunciaron a sus cargos, mientras el Vaticano estudia el caso de otros tantos.

El pontífice calificó el abuso sexual contra niños y adolescentes como "un delito horroso" y un pecado grave frente a Dios. "La Iglesia -agregó- está actualmente afectada por una crisis general de la fe, algo que ha favorecido el "fenómeno del abuso sexual de menores".