"Voy a recurrir a los tribunales internacionales; no confío en la justicia chilena", afirmó Soria luego de que el juez de la Corte Suprema, Héctor Carreño, rechazara la reapertura del caso. Lo que digan los jueces de Chile "nunca me ha llamado la atención, porque las personas que asesinaron a mi padre deberían estar en la cárcel desde hace mucho tiempo", dijo la hija del diplomático asesinado.

Soria fue secuestrado el 14 de julio de 1976 y dos días más tarde su cuerpo sin vida fue encontrado en un canal de la zona norte de Santiago, con signos de torturas. Según la hija del diplomático, hay nuevos datos surgidos de otras investigaciones sobre violaciones a los derechos humanos cometidas por agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA, la policía secreta de la dictadura). Los nuevos indicios "demuestran claramente que los implicadosmintieron".

El rechazo definitivo dictado por el juez Carreño descartó una petición efectuada por el ex subsecretario del Interior, Patricio Rosende. Rosende había pedido dejar sin efecto un sobreseimiento, reponer la causa y decretar diligencias para determinar los responsables del crimen.

El 24 de mayo de 1995, la Segunda Sala de la Corte Suprema revocó una resolución del juez instructor de la causa y sometió a proceso a Guillermo Salinas y a José Ríos, como autor y cómplice respectivamente, del homicidio calificado de Soria. Sin embargo, el 4 de junio de 1996, el juez instructor Eleodoro Ortiz decretó el sobreseimiento total y definitivo de la causa, lo cual fue confirmado por la Segunda Sala de Corte Suprema, el 23 de agosto de 1996.