[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

La presidenta Cristina Kirchner sostuvo que "regulación no significa afectar rentabilidad, fue un verso de las políticas neoliberales de los 90 que nadie se traga. (...) No hay que temerle a esta ley, no se está buscando que nadie se funda. Si algo puede acreditar este gobierno es que no quiere que nadie se funda, y cuando alguna empresa tuvo problemas el Estado hizo su aporte para evitar los despidos".

Más adelante señaló que "el 80 por ciento de los afiliados a las prepagas se concentra en cinco empresas, cosa que no nos parece mal, pero estamos hablando de la necesidad de regular a un sector tan importante como este, y que tiene más quejas que las obras sociales", 25 de las cuales "concentran el 80 por ciento que está afuera de la salud pública". Recordó que en 2003 recuadaban 3129 millones de pesos y en 2010 facturaron 19.610 millones, debido a la generación de nuevos puestos de trabajo, al mayor poder adquisitivo de los asalariados; a la eliminación del tope de las contribuciones patronales y al aumento del tope para los aportes", destacó.

La Presidenta también señaló la importancia de un acuerdo entre el PAMI y los ministerios de Salud y Desarrollo Social para la gestión de compra de medicamentos: "Estas son las políticas de Estado que debe implemtar cualquier país que se precie de pertenecer al mundo desarrollado".

Al fundamentar la promulgación de la ley de prepagas, Cristina Kirchner recordó que "no existía ningún tipo de regulación en el sector aunque sí en el de las obras sociales", y desechó los temores acerca del futuro de la empresas: "Valoramos las inversiones y el esfuerzo. Las prepagas continuarán siendo rentables. Pero hay que garantizar el derecho de todos los usuarios. Para el Estado no es negocio que se fundan. Hay que ser racionales, serenos y equilibrados. Esto tiene que ver con la política pública", puntualizó. "La medicina prepaga toma normalmente a la gente sana y joven", destacó la mandataria y sostuvo que, sin embargo, existen "más quejas en el sector privado que en el de obras sociales".

Más adelante advirtió que "alguna vez tendremos que preguntarle a los laboratorios por qué una simple ampolla para hemofílicos cuesta 50 mil pesos. (...) Quizá sea porque de ella depende la vida de una persona... Hay que abordar el tema. Existe actualmente una gran inversión por parte del Estado, que protege a 16 millones de habitantes", afirmó la presidenta, quien agregó que hay cuatro millones y medio de personas a quiens cubre el PAMI y, otros tantos, en la medicina prepaga, además de los 15 millones que atienden las obras sociales.

En otro tramo de su discurso, Cristina agregó que "es preciso estar presente en el drama de la persona enferma y hay que garantizarle su derecho a la salud y que pague lo que corresponde. (...) Hay que controlar y regular a las prepagas, igual que a los bancos o las entidades financieras, uno de los sectores de mayor rentabilidad. La regulación no impide la rentabilidad. Ese verso fue el de las políticas neoliberales de los `90, que hoy no se traga nadie. No repitamos más como loros lo que se dijo tantas veces y nadie pudo comprobar. Es precisamente al revés. Apostamos a institucionalziar y transparentar, para lo cual hay que saber y conocer y, ello, depende de la información", concluyó.