A los tres se les imputa la muerte de cientos de civiles, torturas y el empleo de la fuerza por el Ejército contra la población civil, así como el uso de violaciones en masa para intimidar a la población. Khadafi, su hijo de 39 años y su cuñado, de 69, son responsables en el sentido penal por los crímenes cometidos al ordenar la represión de la rebelión de la población libia, dijo el fiscal jefe del tribunal, Luis Moreno Ocampo, quien presentó una acusación de más de 70 páginas basándose en más de 1200 documentos.

Con la orden de detención, ahora los 116 miembros de este tribunal internacional están obligados a detener a Khadafi y los coacusados en cuanto tengan oportunidad. A pesar de los continuos bombardeos de la OTAN, el líder libio ha declarado que seguirá en su país hasta la muerte.

Según estimaciones de algunos diplomáticos en La Haya, las órdenes de detención podrían entorpecer alguna salida negociada al conflicto, pues ahora Khadafi no estará dispuesto a exiliarse del país, ya que oficialmente es un presunto criminal de guerra en búsqueda y captura.

Moreno Ocampo sin embargo señaló que no hay alternativa a una persecución judicial. "Para detener los crímenes en Libia y proteger a la población civil, Gadafi tiene que ser detenido", dijo el fiscal jefe poco antes de que se confirmara la orden de detención, que él solicitó el 16 de mayo.