Lunes, 27 de junio de 2011 | Hoy
00:26 › DEL OTRO LADO DE LA LíNEA DE CAL
Tras la renuncia de JJ López a la conducción técnica del club, Matías Almeyda, hasta ayer capitán del equipo, fue nombrado al frente del plantel que tendrá la tarea de traer a los de Nuñez de vuelta a la primera división. Otro ex jugador de River será su ayudante, Gustavo Zapata. Más temprano, el titular de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual, Gabriel Mariotto, aseguró que los partidos que juegue River de visitante en la B Nacional serán emitidos por televisión abierta.
López tampoco volverá a su puesto anterior como coordinador de las divisiones inferiores del club. "Jota Jota" había llegado al primer equipo de River en la fecha 14 del pasado Clausura, después de la salida de Angel Cappa. "Soy un soldado de Passarella", se definió entonces, y el debut le sonrió: 1-0 en el superclásico con Boca Juniors, en el estadio Monumental, con un gol de Jonatan Maidana.
El camino posterior lo tuvo a paso firme (promediando el torneo Apertura estaba prendido en la pelea por la punta) y cosechó diversos elogios por la solidez que exhibía su equipo, entonces estructurado con un claro 3-4-2-1. Sin embargo, en la recta final desbarrancó. En un total de 27 partidos como DT de River, contando los de la promoción contra Belgrano, sumó 40 puntos (49,3 por ciento de eficacia). En la lista de técnicos que se sucedieron en la debacle, el más efectivo fue Angel Cappa, con poco más del 50 por ciento de los puntos jugados.
López, cuestionado por los hinchas, desautorizado por el propio Passarella en los partidos contra el "Pirata" cordobés (el presidente intervino en el armado del equipo, tanto en la ida como en la vuelta), visiblemente desbordado, esta noche dijo "no va más". En sus palabras: "Muchachos, ya está, ya se cerró". Se lo dijo a Passarella y también a sus colaboradores, el "Flaco" Héctor Pitarch (ayudante de campo), Carlos Gay (entrenador de los arqueros) y César Laraignée (DT de la Reserva), quienes en principio seguirán ligados a la institución.
Ahora se abre la carrera por la sucesión, y aunque antes habrán de definirse otras cuestiones más urgentes, sobre todo en la vida política de River, ya hay un candidato saliente: Matías Almeyda, quien dejaría de jugar para pasar a la conducción del equipo, una fórmula que en su momento usó el ex presidente Alfredo Davicce con Ramón Díaz... y el propio Daniel Passarella.
Mariotto, por su parte, afirmó que "el Estado podrá transmitir por la televisión abierta los partidos que River juegue de visitante, dentro del programa deportes para todos". "Quien tenga los derechos de la televisación de los partidos de la B Nacional tendrá la posibilidad de negociarlos para la televisión abierta. De hecho, ya las empresas lo han aceptado de forma colaboradora y participativa", agregó el funcionario.
Asimismo, Mariotto expresó: "Los acontecimientos relevantes tienen que ser para todos. Eso de que haya que pagar para ver es una grosería de un sistema conservador y neoliberal que ha quedado atrás". "Tenemos una ley que nos garantiza con claridad que no estamos condicionados, así que los hinchas de River, más allá de la tristeza que les haya provocado el descenso, pueden estar tranquilos que van a poder ver a su equipo por televisión abierta", amplió en declaraciones a radio La Red.
A su turno, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, defendió la decisión de haber impulsado que el partido entre River y Belgrano de Córdoba se disputara con público, al sostener que "no había razones para jugar a puertas cerradas", y advirtió que al club de Núñez "le caben sanciones" por los graves incidentes registrados en el estadio Monumental. "No echemos la culpa al hincha de River, fueron 300 tarados, hay que buscar los 300 tarados y meterlos presos", sostuvo Fernández
En declaraciones a Telefé, el funcionario dijo que "evidentemente" hay que "tomar medidas con el propio club porque esto desgraciadamente sucedió en el club y tiene que hacerse cargo de lo que ha sucedido", por lo que anticipó que se tomarán "las sanciones que le correspondan, como las hemos tomado siempre con otros clubes como pasó con Vélez y Nueva Chicago".
En 2007, Chicago sufrió la quita de 20 puntos por los graves incidentes que protagonizaron sus hinchas tras el descenso ante Tigre en la Promoción, que culminó con el asesinato de un hincha del club del norte del conurbano bonaerense. Vélez, en cambio, sólo sufrió la clausura de su estadio José Amalfitani por un partido (contra Peñarol, por la Libertadores) luego de que sus hinchas manipularan pirotecnia prohibida ante Banfield, en mayo pasado. La AFA se negó a descontarle al equipo de Liniers tres puntos a pesar de la sugerencia del Ministerio de Seguridad nacional.
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