El primer ministro griego, Giorgos Papandreu, logró que 155 legisladores votaran a favor del plan de ajuste, por lo que superó los 151 votos que necesitaba para la aprobación del programa que prevé un ahorro de 28.000 millones de euros en el periodo 2012-2015 y 50.000 millones adicionales por privatizaciones.

"Ahora es el momento de poner en orden la casa .Si el paíscae en bancarrota los hospitales dejarán de operar, se cerrarán las escuelas y las pensiones y los salarios de los funcionarios dejarán de pagarse", dijo Papandreu ante los parlamentarios.

El FMI y la UE requerían la aprobación del ajuste para otorgar a Grecia los últimos 17.000 millones del total de 156.000 millones de euros del paquete de ayuda que fue prometido el año pasado. Antes de la votación, la electa directora del FMI, la francesa Christine Lagarde, debutó con un pedido en tono imperativo: "La oposición debería apoyar al gobierno por la unidad nacional, se trata del futuro del país".

El ministro de Finanzas griego, Evangelos Venizelos, calificó la aprobación del programa de ahorro para evitar la suspensión de pagos del Estado como una "obligación patriótica". Antes de la decisiva aprobación en el Parlamento, el ministro socialista afirmó que "tenemos que ganar tiempo para que nuestro país no se convierta paso a paso en un protectorado". "Se trata de asegurar el sistema bancario y no de ayudar a que los bancos consigan beneficios", sostuvo.

La policía griega reprimió con gases lacrimógenos a los manifestantes que intentaban impedir la votación. Los manifestantes se concentraron en la plaza central Syntagma, ubicada frente al parlamento, en la segunda jornada de huelga, y fueron dispersados por las fuerzas de seguridad cuando intentaron derribar las vallas de contención.