"Nuestras actividades nucleares pacíficas continúan con la instalación de nuevas centrífugas más veloces y más eficaces. Nosotros lo declaramos a la Agencia que supervisa esta actividad", dijo el portavoz del ministerio, Ramin Mehmanparast. Esto "confirma el éxito de la República Islámica en su programa nuclear", añadió.

Sin embargo, el portavoz de la diplomacia gala, Bernard Valero afirmó que el anuncio "se trata de una nueva violación de las seis resoluciones del Consejo de Seguridad y de las diez resoluciones del consejo de gobernadores de la AIEA".

Irán afronta sanciones internacionales impuestas por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y la Unión Europea, además de países que impulsaron medidas adicionales, como Estados Unidos, que reclaman la cancelación de los programas nucleares.

La República Islámica dispone de unas 8 mil centrífugas de primera generación para enriquecer uranio y producir combustible nuclear en la planta de Natanz. En esa planta, según informes de la AIEA, fueron producidas más de 4 toneladas de uranio con enriquecimiento bajo (3,5 por ciento) y unos 60 kilos de uranio con nivel de 20 por ciento.