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El mayor caudal de electores está concentrado en las ciudades de Rosario y Santa Fe. Con ese universo de votantes, la provincia es uno de los principales distritos electorales junto a Córdoba y Buenos Aires. Se habilitarán para el acto comicial 7.320 mesas. Y 641 detenidos en cárceles de la provincia están en condiciones de votar a través de un operativo especial que se dispondrá en los penales.

Al igual que en las primarias del 22 de mayo, se votará con padrón único por lo que no existirán divisiones de mesas según el sexo. Paralelamente, 92 mesas se habilitarán para los electores extranjeros. Para la categoría de gobernador, se presentaron seis fórmulas de las cuales esencialmente tres se disputarán los votos.

Por primera vez, los santafesinos elegirán a un gobernador con el sistema de boleta única, un mecanismo que permite una especie de "corte de boleta virtual" que genera incógnitas a la hora de determinar, por ejemplo, si el candidato a gobernador más votado será correspondido en el resto de las categorías, como diputados.

De ello dependen las mayorías legislativas, que según la Constitución de Santa Fe, debe ser para el oficialismo en la Cámara de Diputados -28 de los 50-. También se dispuso apelar a los voluntarios que se inscribieron como autoridad de mesa, dado que en las primarias se contabilizó más de un 40 por ciento de ausentismo entre las que habían sido convocadas oficialmente.

En cuanto al escrutinio, que se torna más lento para realizar el recuento en cinco etapas diferentes -una por cada categoría que se renueva-, se resolvió volver a utilizar un solo telegrama, como sucedió en las primarias de mayo.