En la primera carta de contenido político que publica en la nueva web de la Casa Real española, el monarca sostuvo que España y Europa están "en un momento decisivo para el futuro" y consideró que del resultado dependerá "asegurar o arruinar el bienestar que tanto nos ha costado alcanzar".

Con el pedido de "unión" y "concordia", el rey instó a los españoles a recuperar y reforzar los valores de la Transición, entre ellos el "diálogo" y el "sacrificio de los intereses particulares en aras del interés general", además de "la renuncia a la verdad en exclusiva".

El Ejecutivo regional catalán, en manos de los nacionalistas de Convergència i Unió (CiU), reaccionó de inmediato a la misiva del rey. El portavoz del gobierno conducido por Artur Mas dijo que éste no se siente "aludido" porque no persigue "quimeras", una de las palabras escritas por el monarca. No obstante, añadió que "al pueblo catalán no se le puede pedir que renuncie a lo que es, a su identidad", ni a las ganas que tiene de "decidir" por sí mismo.

En la manifestación de hace una semana participaron miembros del gobierno de Mas y de su partido. El jefe del Ejecutivo regional no estuvo en ella, pero en los días posteriores defendió la opción independentista, asegurando que "Cataluña necesita el instrumento de un Estado".