Viernes, 28 de septiembre de 2012 | Hoy
21:07 › A RECAPITALIZAR NOMáS
La banca española, golpeada por el estallido de la burbuja inmobiliaria, necesitaría casi 60 millones de euros para recapitalizarse en el peor de los escenarios económicos analizados por Oliver Wyman, la consultora que contrató el gobierno de Mariano Rajoy para conocer el estado real de las entidades españolas. Wyman analizó las 14 principales entidades españolas y, según el resultado de sus pruebas de estrés, todas las necesidades de capital se concentran en siete, capitaneadas por las cuatro que fueron nacionalizadas -Bankia, CatalunyaCaixa, Novagalicia y Banco de Valencia- y, éstas, lideradas por el primero, el cuarto banco español. Los siete bancos restantes, entre ellos los dos grandes, el Santander y el BBVA, no necesitarán capital.
El Ejecutivo español y el Banco de España presentaron en Madrid el resultado de las pruebas de estrés, que son la base sobre la que el gobierno de Rajoy decidirá el monto total a pedir de los hasta 100.000 millones de euros que el Eurogrupo ha comprometido para el rescate de las entidades españolas. El análisis realizado por Oliver Wyman era de hecho una de las condiciones que España tenía que cumplir para poder acceder a ese salvamento.
Según señaló el secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre, quien presentó la auditoría junto con el subgobernador del Banco de España, Fernando Restoy, tras el cierre del mercado, España pedirá alrededor de 40.000 millones de euros, ya que algunas entidades pueden conseguir por sus propios medios el capital necesario. Las que no, son las que recibirán la ayuda pública.
Teniendo en cuenta los procesos de integración en marcha y otros créditos fiscales, los 59.300 millones de euros apuntados por la consultora descienden a 53.745 millones. Los resultados, en cualquier caso, están en línea con los que se presentaron tras una primera auditoría en julio, cuando las necesidades se cifraron entre 51.000 y 62.000 millones de euros. Los resultados difundidos durante la jornada demuestran que "el grueso del sistema financiero español es sólido", dijo Jiménez Latorre.
El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, reaccionó en Luxemburgo con alivio a las cifras publicadas. "Estoy tranquilo porque las necesidades de capital de los bancos españoles se queden por debajo de los 60.000 millones de euros", dijo en un comunicado. El análisis muestra que la cifra de 100.000 millones es "más que razonable" para cubrir las necesidades de capital, "incluido un margen cómodo de seguridad", indicó Juncker.
También el Fondo Monetario Internacional (FMI) se mostró satisfecho por la valoración "exhaustiva y transparente" del sector bancario español. La ayuda acordada por el Eurogrupo podrá atender "holgadamente" las necesidades de recapitalización, dijo la directora gerente, Christine Lagarde. Esa recapitalización "facilitará la construcción de un sistema bancario más sólido, que con el tiempo ayudará a reactivar los flujos de crédito y a promover el crecimiento y el empleo", añadió.
El Banco Central Europeo (BCE) expresó, por su parte, su "apoyo decidido a los planes de las autoridades españolas para asegurar que las necesidades de capital se cubren en el tiempo estipulado". De las siete entidades necesitadas de ayuda, las que más lo están son las cuatro nacionalizadas -Bankia, CatalunyaCaixa, Novagalicia y Banco de Valencia-. Bankia se sitúa a la cabeza, con unas necesidades de capital de 24.743 millones de euros en el escenario más adverso de los analizados por Oliver Wyman.
Los otros siete bancos españoles, que juntos representan más del 62 por ciento de la cartera crediticia analizada del sistema bancario español, no tienen necesidades adicionales de capital. Junto al Santander y el BBVA, en este grupo se sitúan Caixabank, Kutxabank, Sabadell, Bankinter y Unicaja. Los dos grandes bancos españoles, Santander y BBVA, cuentan de hecho con un margen 25.297 y 11.183 millones de euros respectivamente en el escenario más adverso.
A partir de ahora, las entidades tendrán que presentar sus planes de recapitalización al gobierno español y a la Unión Europea (UE). Las que necesiten apoyo público para sus planes de reestructuración deberán recibir el visto bueno de la Comisión Europea, según recordó el secretario de Estado de Economía. A partir de ahí, tendrán que transmitir sus activos inmobiliarios promotores, los llamados activos problemáticos, a la sociedad de gestión de los mismos que se creará como una especie de banco malo. Una vez aprobados los planes será cuando llegue el dinero europeo para culminar el proceso de recapitalización. "Al final del proceso tendremos un sitema financiero sólido que no suscite dudas", dijo Jiménez Latorre.
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