Durante el 167° aniversario a la resistencia del general Lucio Mansilla y su tropa en la Batalla de la Vuelta de Obligado, Cristina aprovechó para referirse a la medida de fuerza realizada hoy por la CGT de Hugo Moyano y la CTA de Pablo Micheli.

"Me gustaría que todos los dirigentes, principalmente los que dicen representar a los trabajadores, estuvieran más preocupados por defender las fuentes de trabajo, que es el gran desafío que tenemos los argentinos en un mundo que se derrumba", opinó la mandataria.

Además, sostuvo que "el derecho de huelga es sagrado", pero remarcó que "también es sagrado el derecho de cada trabajador de decidir qué es lo que quiere hacer". En ese sentido, expresó que "los argentinos tenemos que tener la libertad de elegir qué es lo que queremos hacer. No se puede someter a la extorsión, no se puede someter a la amenaza".

"Mi madre fue dirigente sindical en la provincia de Buenos Aires y jamás obligó a alguien a hacer algo en contra de su voluntad", agregó. Cristina se pronunció en contra del "corte, la amenaza o la presión" como metodología de protesta porque "la gente quiere laburar y poder decidir libremente".

Luego sostuvo que "me voy a bancar las que me tenga bancar, porque a mí no me corre nadie, y menos con amenazas o matones" y, dirigiéndose a los gremialistas, afirmó: "Esos no son los dirigentes que querían Perón y Eva".

Al inicio de su discurso, CFK homenajeó a los héroes de la resistencia contra la invasión franco-inglesa y aseguró que "en este siglo XXI donde las naves ya no vienen, llegaron nuevas formas de dominación", y aseguró que "la reestructuración de la deuda fue una nueva Vuelta de Obligado" para defender la soberanía del país.

La Presidenta afirmó que "no puede haber soberanía nacional si no hay soberanía popular y democrática" y criticó que "durante mucho tiempo" el concepto "quiso ser identificado con una cuestión meramente geográfica o territorial".