Martes, 27 de noviembre de 2012 | Hoy
19:48 › EGIPTO
Más de 150.000 personas se congregaron en la histórica plaza de El Cairo, epicentro de las protestas que llevaron al derrocamiento del ex presidente Hosni Mubarak en febrero de 2011. Es una de las mayores manifestaciones contra el nuevo mandatario islamista, Mohamed Mursi, desatadas tras los poderes casi absolutos que se otorgó la semana pasada.
"La revolución continúa" y "el pueblo quiere la caída del régimen", cantaron los manifestantes en un nuevo paso en sus demandas contra lo que consideran la "dictadura" de Mursi y de la Hermandad Musulmana, el poderoso movimiento islamista al que perteneció el mandatario hasta que asumió la Presidencia.
Poco después de caer la noche, la emblemática plaza Tahrir, escenario de la revuelta que derrocó al antecesor de Mursi, el ex presidente Hosni Mubarak, en febrero de 2011, se colmó con una concurrencia que sobrepasaba las 150.000 personas, informó la cadena de noticias BBC.
"Mursi es mucho más peligroso que Mubarak. Solo piensa en la Hermandad Musulmana, que busca controlar todo", dijo Ihab Yusef, empleado en un banco, a la agencia de noticias EFE. Para Yusef, el presidente quiere "acumular todos los poderes" con el acta constitucional emitida el pasado jueves, que blinda sus decisiones ante la Justicia al declararlas inapelables y definitivas hasta la entrada en vigor de una nueva Constitución, presumiblemente en el segundo trimestre del año próximo.
Antes de la gran concentración en la plaza Tahrir, donde el ambiente se mantuvo tranquilo, jóvenes activistas chocaron con la policía en la cercana plaza Simón Bolívar, que desde hace días es escenario de enfrentamientos y protestas contra los abusos policiales, por separado de las manifestaciones contra Mursi. Un joven de 28 años y un hombre de 52 fallecieron hoy por la inhalación de gases.
Ayer, Mursi dijo que los decretos por los que reforzó sus potestades sólo tienen un alcance limitado a cuestiones que hacen a la soberanía de Egipto, aunque no dio ninguna señal de disposición a rescindir medidas que considera cruciales para acelerar reformas y completar la transición a la democracia.
Los opositores, por el contrario, dicen que los nuevos poderes convierten a Mursi en un "faraón", una crítica que se hacía también al ex presidente Mubarak, y traicionan los principios de la revolución del año pasado, que derribó al antiguo régimen.
Para apoyar la decisiones del mandatario, los Hermanos Musulmanes habían convocado para esta jornada otra manifestación cerca de la Universidad de El Cairo, que ayer decidieron cancelar para evitar disturbios con los opositores al presidente. Aunque se retiraron de El Cairo, los islamistas hicieron una demostración de fuerza en la ciudad septentrional de Alejandría, uno de sus bastiones.
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