"No era la única que iba a la escuela, mis (cinco) hermanos y hermanas también iban", dijo la niña de etnia gitana había sido detenida en París cuando estaba en una excursión escolar y fue deportada a Kosovo.

Durante una corta alocución ante los medios en el Palacio presidencial del Eliseo, Francoise Hollan dijo: "Si ella lo solicita, se organizará su regreso, para ella sola", y criticó la "falta de discreción" de los policías que realizaron la deportación, pero aclarando que no hubo ningún error en determinar su expulsión.

Hollande aseguró que prohibirá las detenciones en los entornos escolares, de modo que seguirá la recomendación de un informe encargado por el gobierno que le aconseja concretar las reglas vigentes para evitar en el futuro acciones en el ámbito escolar. El mismo texto de 24 páginas, presentado por ministro del polémico Interior, Manuel Valls, respalda sin embargo la controvertida deportación, aunque critica la actuación desproporcionada de la policía.

El informe señala que la deportación tuvo lugar "en consonancia con las leyes", aunque considera que la acción no debía haberse llevado a cabo en el entorno escolar. Valls fue muy criticado, incluso dentro de su gobierno socialista por esa acción y por su posición contra los extranjeros que viven en situación ilegal en Francia.

"Ninguna regla de derecho nos obliga a rever la expulsión familiar, pero teniendo en cuenta las circunstancias y la legítima emoción que esta expulsión generó en la juventud realizamos este gesto de humanismo", agregó Hollande.