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Centenares de personas volvieron a ocupar en la víspera y durante toda la jornada la Avenida West Florissant, epicentro de las protestas en la localidad del estado de Missouri, y las concentraciones, que comenzaron pacíficamente, terminaron con enfrentamientos entre manifestantes y policías.

"Los manifestantes pacíficos no son el enemigo, pero hoy hemos tenido disparos, y dos personas han tenido que ser trasladadas a un hospital y quienes les dispararon no eran agentes", se defendió el capitán de la Patrulla de Carreteras de Missouri, Ron Johnson, encargado de supervisar la seguridad de Ferguson.

El despliegue de ayer de tropas de la Guardia Nacional, la milicia estatal que suele movilizarse en catástrofes naturales o para afrontar situaciones de desorden público, no sirvió para calmar las protestas que se iniciaron el 10 de agosto, al día siguiente de la muerte de Brown.

Desde Nueva York, el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) se mostró "alarmado" por las amenazas y el arresto de al menos 11 reporteros durante las protestas. "El acoso y las detenciones de periodistas tienen que parar. Desde los altos mandos tienen que ordenar a las fuerzas de seguridad que permitan trabajar a los periodistas", advirtió el subdirector del CPJ, Robert Mahoney.

Mientras las protestas han obligado al cierre de las escuelas en la pequeña ciudad cercana a St. Louis y la Administración Federal de Aviación (FAA) ha extendido las restricciones de vuelo sobre Ferguson -a menos de 1000 metros de altura- hasta el 25 de agosto, el rapero Nelly, quien creció en San Louis, se unió a las manifestaciones con una camiseta en la que se leía "#MikeBrown".

Ayer, la autopsia preliminar encargada por la familia del joven asesinado el 9 de agosto reveló que Darren Wilson, el policía de 28 años acusado de la muerte de Brown, y que ha sido retirado preventivamente del cuerpo, disparó al menos seis veces contra Michael, quien murió debido al último tiro que recibió en la cabeza, y cuyo funeral se realizará el próximo lunes.