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Los primeros resultados de los exámenes genéticos son esperados para última hora de mañana o el jueves, explicaron fuentes judiciales. No obstante, el juez ordenó hoy otras medidas de prueba complementarias, entre ellas la búsqueda de la tarjeta SUBE que utilizaba el imputado, y la realización de un perfil psicológico para determinar sus características.

En los próximos días declararán como testigos los médicos que realizaron la autopsia sobre el cadáver de Sessarego, quienes serán interrogados sobre las características de las lesiones y si responden a un patrón criminal determinado.

El juez dispuso también certificar con el Poder Judicial de Quilmes –donde vivía el imputado- si existen en esa jurisdicción casos aún impunes de mujeres atacadas en circunstancias similares a las que padeció la estudiante chilena.

Además, el magistrado ordenó ayer la extracción compulsiva de sangre del joven, que se negó al procedimiento y también a declarar, para comparar su patrón genético con el que apareció en la escena del crimen y que no pertenecía a la víctima.

Azcona, que utiliza un aparato ortopédico en la pierna derecha, presenta también la cicatriz de un corte en la mano derecha, que podría ser compatible con lo que registró uno de los videos posteriores del ataque a Sessarego, en el que el agresor se retira limpiándose esa mano, presuntamente lesionada mientras apuñalaba a la estudiante.

Por otra parte, los investigadores analizan, además, si la lesión en su pierna se debió a que fue baleado durante un asalto, como Azcona contó a su familia y al juez Zelaya, o si tuvo origen en un intento de abuso sexual del que la víctima se libró y que terminó, en cambio, con el atacante golpeado y baleado por vecinos de la chica, por lo que el episodio no fue formalmente denunciado.