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Según Sabbatella, el ataque contra los militantes de Nuevo Encuentro, que el sábado por la noche se reunieron para inaugurar un local en Villa Crespo, se trató de un "intento de asesinato". En el ataque dos jóvenes fueron heridos, una de ellas, mientras cargaba en brazos a un bebé. "De casualidad, no estamos lamentando muertes", resaltó el extitular del Afsca.

El referente de Nuevo Encuentro, en diálogo con Radio Nacional, criticó el "discurso estigamtizante" del gobierno nacional "que habla de la militancia como la grasa que hay que extirpar de un organismo, que habla de la militancia asociándola a 'ñoquis', vagos, corruptos y situaciones que hay que extirpar, cosas que hay que eliminar".

"El Gobierno tiene que repensar, tiene que reflexionar sobre los niveles de agresión verbal, discursiva, la estigmatización que está llevando adelante, porque eso tiene consecuencias graves porque ese contexto genera que alguno pueda creerse habilitado a hacer lo que hizo", advirtió Sabbatella e insitió "puede estar generando la habilitación a un sector" para que actúe con "violencia política".

Por su parte, la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, expresó su "enérgico" repudio al ataque a balazos y afirmó que "de ninguna manera" se puede "aceptar" que exista "violencia política". "Trabajaremos fuertemente para que se esclarezcan los acontecimientos y se identifiquen a los agresores", añadió Bullrich tras la reunión con el titular de Nuevo Encuentro, Martín Sabbatella, de la que también participó el secretario de Seguridad Interior, Gerardo Milman.

Sabbatella dijo tras el encuentro que la ministra le expresó "con claridad su compromiso" para esclarecer el ataque. "Se disparó a mansalva contra 400 personas, sería importante que el Presidente exprese su repudio a la violencia política" añadió en declaraciones a la prensa al retirarse de la cartera de Seguridad.

"Planteamos que se está generando un clima de violencia política, un clima de revancha que lo vemos en la alta esfera del gobierno cuando se estigmatiza a los militantes, como ñoquis, como vagos, como 'la grasa militante que hay que extirpar'", agregó Sabbatella, quien alertó que la "violencia verbal puede derramar en violencia institucional o política".